EN estos días, bastantes gaditanos están descubriendo que hay una avenida en su ciudad a la que se denomina popularmente La Transversal. Y no es porque aglutine a votantes de derecha y de izquierda entre sus vecinos (que también), sino porque en teoría permitiría circular desde el Paseo Marítimo, a la altura de Asdrúbal (antigua plaza de toros), hasta el puente de la Constitución de 1812 (conocido como el Nuevo Puente). Esa avenida ya existía en gran parte, pero sufría un tapón en la zona conocida como la Guardia Civil (donde ya no está la Guardia Civil), que impedía disfrutarla en toda su grandeza presentida. En el año VI de Kichi se ha conseguido. Pero tiene un problema gordo: está mal aprovechada.

Los gaditanos y las gaditanas, los concejales y las concejalas, deben tener claro para lo que sirve la transversalidad de esa avenida. Es para interconectar entre sí el nuevo puente, la avenida de la Bahía en la barriada de la Paz, la avenida o calle que llega a Lacave, la avenida del soterramiento en ambas direcciones, la calle llamada antaño Brunete, la avenida principal (llamada la Avenida, propiamente dicha) en ambas direcciones y el Paseo Marítimo en ambas direcciones. Es decir, para transversalizar los Extramuros en todos sus barrios y todas sus barriadas, las zonas más finas y las más modestas, los pisos caros y los baratos… Allí están los distritos más poblados.

Efectivamente, se trata de unir en la dirección de este a oeste, igual que la avenida del soterramiento conectó de sur a norte. Cuando abrieron la avenida del soterramiento (a la que siempre se la ha llamado del soterramiento, y no de Juan Carlos I, ni de la Sanidad Pública), se descubrió que otra Puerta Tierra beduina era posible. En los barrios y zonas residenciales existentes a la vera de la vía del tren, observaron que fue como la caída del muro de Berlín, pero en clave gaditana. Y se aprovechó, en aquellos tiempos de Teófila.

Sin embargo, ahora, quien manda en la movilidad es Martín Vila, con unas decisiones más teóricas que prácticas. La Transversal está mal resuelta. Sufre el hándicap grave de que no construyeron un paso subterráneo a la salida del puente, donde hay una glorieta que resulta confusa. Pero lo más evidente es que la Transversal necesita giros a la izquierda (fíjense, son a la izquierda) no sólo en el soterramiento, sino en todos los cruces con avenidas, incluida la principal o Avenida de toda la vida. Y también continuidad al llegar a la Avenida principal, para atravesar hasta Santa María del Mar, y no dejarla interrupta.

Tiene guasa que la izquierda sólo deje giros a la derecha.

José Joaquín León