LA Semana Santa ha funcionado muy bien para el turismo en Cádiz capital y en la provincia. Ese es el mensaje que ha quedado. Ha estado favorecida por el tiempo, que ha permitido salir a todas las cofradías (menos a la Oración en el Huerto, que sigue intervenida), y que también ha ayudado para disfrutar de las playas, a pesar del viento de levante, que siempre es mejor en estas fechas que el poniente. Este último matiz es importante. En Cádiz pasa como en Málaga: se puede tener una buena Semana Santa, desde el punto de vista cofrade, y/o también ir a la playa. Eso vale más para los turistas. En Cádiz ya se sabe que no hace falta ir a la playa en Semana Santa, pues se dispone de suficiente tiempo hasta el otoño inclusive para jartarse de playitas y ponerse todo lo moreno o morena que cada cual desee. En Semana Santa, un gadita como Dios manda no va a la playa, pero hay gente para todo.

La ocupación hotelera ha estado en el entorno del 90%, según los datos de Horeca. Y eso, según ha informado Antonio de María, la coloca a los niveles de los grandes eventos del año, como el Carnaval en febrero, las motos de Jerez en mayo, o las vacaciones de agosto. Es decir, que la Semana Santa ha conseguido afianzarse en el prime time del turismo en Cádiz y su provincia. Y a esos datos colaboran las procesiones que pasan por sus calles y plazas. Las hermandades y cofradías no se fijan en el turismo, sino que eso es una consecuencia indirecta. Las hermandades y cofradías se dedican al culto interno y externo a sus imágenes titulares, a la formación de sus hermanos, y a la caridad y el compromiso social con los necesitados. Para eso existen las hermandades. Y si vienen turistas, además, pues mejor. Aunque no sólo de pan viven el hombre y la mujer.

En Cádiz han salido todos los pasos, menos los dos de la Oración en el Huerto, una anomalía a subsanar. El Consejo, que preside Juan Carlos Jurado, trabaja todo el año. Y, si las cosas salen bien, no es por casualidad, sino porque se intenta. Están preparando el Corpus desde la Cuaresma. Y esto lo digo porque el Corpus también debe entrar en el prime time de las fiestas de Cádiz.

Ha sido un bonito detalle del alcalde Kichi que haya reconocido en público que se debe ayudar a las hermandades. Llegó en plan soy incrédulo, pero salgo en la penitencia del Nazareno, y ha terminado reconducido. Para eso sirven también las cofradías, para reconducir en la buena dirección. Por eso, y por muchas cosas más, resultan de gran utilidad, y forman parte del sentimiento y las creencias del pueblo gaditano.

José Joaquín León