UNA de las mayores aportaciones de Kichi a la historia de Cádiz ha sido cambiar el nombre del estadio Carranza para denominarlo Nuevo Mirandilla. Aportaciones de más enjundias y obras públicas significativas no ha realizado ninguna. Pero buscar motivos de enfrentamiento y división entre los gaditanos ha sido una de sus ocupaciones. En consonancia con esa actitud, se va a despedir con una última parida, que es de lo más cutre: ha salido a licitación por 28.000 euros (exactamente 27.931,99 euros) el cambio de rotulación del estadio, para que se le imponga la denominación de Nuevo Mirandilla. Y han establecido un plazo de ejecución de los trabajos de un mes. Como se ha publicado, eso significa que se debería terminar antes del 28 de mayo, día de las elecciones municipales.

Y también significa que el nuevo Ayuntamiento elegido en las urnas se encontrará ese regalito, pagado con 28.000 euros de todos los gaditanos. Tanto si les gusta el nombre, como si no. Tanto si lo quieren mantener, como si prefieren cambiarlo. En caso de volver a rotularlo, si se modifica otra vez el nombre del estadio, esos 28.000 euros se habrían tirado a la basura, y además se debería desembolsar un nuevo gasto. Con lo cual esta es una medida perversa.

Sería deseable que ninguna empresa se presentase para participar en esta pantomima y no colaborasen en una afrenta para los gaditanos. Lo justo es que el nombre del estadio no sea decidido por el Ayuntamiento, sino por el Cádiz CF, al menos durante el tiempo que utilice esas instalaciones. Y que busquen un patrocinador. El estadio del Atlético de Madrid se denomina actualmente Cívitas Metropolitano. El estadio del FC Barcelona se denomina ahora Spotify Camp Nou. Publicidad, a cambio de patrocinio. Supongo que a Kichi eso le parecerá mal, le sonará a privatizar un estadio público, y ya se sabe que todo lo privado es malo para un anticapitalista.

Es una lástima que Kichi haya perdido el tiempo en polémicas como la del Nuevo Mirandilla, al que todos los comentaristas deportivos añaden “antes llamado estadio Carranza”. Hubiera sido mejor que el dinero y las energías los hubiese dedicado a las obras del pabellón deportivo Portillo (o como se llamase, pues Fernando Portillo tampoco sería de su agrado) y construir una buena instalación para el deporte gaditano, al que no ha ayudado durante sus ocho años de gestión. Si no fuera por el Cádiz CF, estaríamos a niveles de pueblos pequeños en materia deportiva. Pero es más fácil enredarse en un populismo inútil. Aquí tenemos otro ejemplo.

José Joaquín León