SEGÚN algunos informes, España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón. Quienes conozcan Tokyo podrán dudarlo. Mientras hay gente para todo en las oenegés, y mientras está de moda lo verde, lo ecológico, lo sano, el aire puro y todo eso, a la contaminación acústica no se la tiene en cuenta. A pesar de que está demostrado que origina enfermedades, causa inquietud y trastornos a enfermos físicos y psíquicos, y perturba a los animales. No es beneficiosa para la Seguridad Social. A pesar de lo cual, las ambulancias están entre los vehículos que más contaminación acústica causan, con sus sirenas estrepitosas. Como se puede apreciar en la Avenida principal gaditana.

No hay estadísticas claras para saber cuál es la ciudad más ruidosa de España. Según el portal Money, Madrid y Barcelona son las dos ciudades más ruidosas de España y la cuarta y la quinta de Europa. No obstante, el portal IS Global, en un estudio sobre 1.000 ciudades europeas, concluyó que la ciudad más ruidosa de España es Algeciras, seguida por Santa Cruz de Tenerife, Pamplona y Alcorcón. Otro estudio, difundido por la Cope, determinó que las tres ciudades españolas más ruidosas son Vigo, Barcelona y Logroño. Como se puede observar, no existe acuerdo.

Según un estudio publicado por Gaes, en España más de dos millones de personas sufren trastornos del descanso nocturno derivados del ruido, que causa más de 1.000 muertes prematuras al año y 4.000 hospitalizaciones. Por consiguiente, se debe tomar en serio. Y también tener en cuenta que algunos de los vehículos que provocan más contaminación acústica dependen de servicios públicos: ambulancias de hospitales, patrulleros de policías, bomberos… Me dirán que cubren emergencias, y que necesitan hacerse notar para evitar accidentes de tráfico. Sin embargo, se aprecia que en algunas ocasiones el atronador escándalo ocurre incluso cuando están circulando por carriles donde no les estorba nadie.

Los medidores de esos estudios podrían analizar la Avenida principal de Cádiz, sobre todo en los tramos de Cayetano del Toro y Ana de Viya. El frenesí es constante y el torpedeo acústico de moteros sin escrúpulos es insoportable. Es curioso que el silencio se elogie mucho para las marchas de Semana Santa, en apoyo de los niños autistas, y después se oiga lo que se oye por esa Avenida (donde está el Hospital Puerta del Mar), en el emporio del orbe del ruido.

También es curioso que se preste más atención a la tranquilidad y sosiego del chorlitejo que a la del ser humano.

José Joaquín León