A nuestra paisana gaditana Teresa Rodríguez le ha tocado una lotería política. Porque el Tribunal Constitucional ha fallado a su favor (y de ocho diputados afines), en la denuncia que presentaron cuando fueron expulsados del grupo de Adelante en el Parlamento andaluz. ¡Enhorabuena, Teresa! Aún no es pública la sentencia, pero según el adelanto que llega a Andalucía, esa lotería se la pagará el Parlamento (o sea todos los andaluces), en vez de abonarla los grupos que habían aprobado ese disparate, que fueron los miembros de Podemos e Izquierda Unida, comandados por Inma Nieto (que la echaron), y los grupos del PSOE, Vox y Ciudadanos, que avalaron la petición, al estimar que se ajustaba al reglamento. El PP se abstuvo. Y ahora el TC considera que era ilegal.

En todo caso, era una injusticia. Expulsaban a Teresa Rodríguez y sus leales del grupo que ella misma había fundado y encabezado. Y, para colmo, la calificaron como tránsfuga. Con eso se aprecia cómo gestionan las purgas en la extrema izquierda, donde siempre han sido muy purgantes. Unos años echan a unos y otros años echan a otros. No hay nada más desunido que la izquierda que alardea de unida, ni nada más imposible que la democratización de Podemos.

En esta trifulca, los de Unidas y Podemos acusaron a Teresa de haberse quedado con 800.000 euros que no le correspondían; y los de la señora Rodríguez-Rubio han acusado a Inma Nieto y los suyos de apoderarse de dos millones de euros que tampoco les correspondían. Es curioso el modus operandi que utiliza cierta izquierda. En Madrid prestan diputados a los de Puigdemont y a los de Junqueras para que formen grupos que no han alcanzado en el Congreso y así cobren más. Y en Andalucía le echan los parlamentarios a Teresa y los suyos, para convertirlos en parias no adscritos y asfixiarlos en la economía.

Igualmente es lamentable que partidos que no tenían nada que ver en el asunto, como PSOE, Vox y Ciudadanos, apoyaran las tesis de Inma Nieto y su grupito, que ya no están en Adelante, sino que se presentaron a las elecciones con otro nombre: Por Andalucía. Los nombres se van cambiando a gusto del consumidor, y pueden ser de sumar o de restar. A la gente, mayormente, esta pelea no le importa. Ni mucho, ni poco, ni nada. Pero a los que cobran sí, pues así recibirán más dinero para donarlo a los pobres, según es costumbre caritativa que anuncian en la prensa.

Teresa ha tenido suerte con el TC, donde ahora son mayoría los progresistas. En este país todo es cuestión de suerte. Y de ser amigos o no.

José Joaquín León