SIEMPRE se consideró gaditano en Cádiz, aunque era sevillano. Siempre consideró que Cádiz le había tratado con más cariño que Sevilla, y lo dijo muchas veces. Antonio Burgos no quiso una calle en la ciudad donde nació, cuando el proceso se puso en marcha lo frenó, pero estaba orgulloso de tenerla junto a la Caleta, en el rompeolas de su Cádiz viñero, y de ser Hijo Adoptivo gaditano. Yo, que tantas veces vi de cerca su amor por Cádiz, podría escribir mil y un artículos sobre la gaditanía de Antonio Burgos, pero hoy sólo voy a recordar algunas de sus aportaciones gaditanas esenciales, que nos deben quedar en el recuerdo:

- “La Habana es Cádiz con más negritos; Cádiz, La Habana con más salero”: Lo cantaba Carlos Cano en las Habaneras de Cádiz, pero lo escribió Antonio Burgos, autor de esa letra. Ambos dieron un recordado pregón del Carnaval en 1988. Con el tiempo, Cádiz fue habaneada incluso en la película de James Bond titulada Muere otro día. La verdad de la frase quedó confirmada con las fotos de Joaquín Hernández Kiki, que puso a Cádiz y La Habana frente a frente.

- “Que la gente de Cai nacemos donde nos sale de los cojones”: El propio Antonio Burgos indicó que la frase correcta es esa, “porque entra mejor en el tres por cuatro”. La frase se ha repetido con variantes. Antonio no cobró derechos de autor a la SGAE, pero fue quien la popularizó.

- “Esto es Cádiz y aquí hay que mamar”: Esa frase la pronunció Jesús Quintero El Loco de la colina, en el pregón del Carnaval de 1984. La gente se la atribuyó a Quintero. Pero Antonio Burgos explicó que la frase se la había sugerido él, y que El Loco se la apropió, y ni siquiera se lo agradeció. El sentido de la frase iba porque Cádiz, ciudad trimilenaria, ha dado de mamar su cultura. Es una mamada maternal, no erótica.

Antonio Burgos fue humilde con Cádiz. Cuando escribió las letras del coro de La Viña, las firmaba como La Agrupación. Ganó primeros premios en 1989 y 1990, pero no presumió. Al contrario, contribuyó a encumbrar aún más a su compadre Antonio Martín, autor de la música. Burgos era martinista acérrimo y Martín es un viñero burgalés. Formaron una pareja para la historia de la fiesta. Burgos inventó el Baluarte del Carnaval, junto a Julio Cuesta, que la Fundación Cruzcampo patrocinó. Fue como el Nobel de los carnavaleros hasta que se perdió con el Covid.

Antonio Burgos se nos va, pero su último tango se queda junto a la Caleta, en las entretelas del Carnaval, en el amor de ser ya un gaditano para la eternidad, porque le salió de los cojones y del corazón.

José Joaquín León