A la Semana Santa gaditana, por segundo año consecutivo, le faltará una cofradía: la Oración en el Huerto. En Cádiz, el Domingo de Ramos comienza en el barrio de San José, con la Borriquita, que sale de la parroquia, y el Señor Despojado, que sale de Salesianos. Y hoy mismo se pone el punto final a la Semana Santa de Extramuros. Cuando llegue el Jueves Santo, las calles de San Severiano se quedarán silenciosas, y por la Puerta de Tierra no pasará el Señor confortado por el ángel, ni la Virgen de Gracia y Esperanza. Esta ausencia es un fracaso para la Semana Santa gaditana. ¿Y de quién es la culpa? De todos. Porque han creado dos partes irreconciliables, empeñadas en una solución que complica el problema.

La solución no puede ser que la hermandad se vaya de su parroquia por voluntad propia. No tiene otra sede canónica mejor. La Oración en el Huerto es la cofradía de San Severiano. Está allí desde 1959. Y debe seguir cuando se vaya el actual párroco. Esa es la grandeza de una cofradía: debe ser capaz de sobrevivir a los párrocos y a los hermanos mayores. Si no es capaz de hacerlo, estamos ante una cofradía fallida. Algunas hermandades han tenido problemas con las jerarquías religiosas. Y la culpa no siempre fue de los curas. Ayer y hoy se debe partir de una idea: una hermandad y cofradía es una asociación de cristianos, dedicada al culto, la formación y la caridad. En caso contrario, no cumple sus fines.

A la Oración en el Huerto sólo le quedaban dos opciones: seguir en San Severiano o suspender su actividad hasta que lleguen nuevos tiempos. Es más aconsejable la primera opción. Para ello, haría falta un diálogo sincero. Señores y señoras, se supone que son ustedes cristianos, y que están guiados por la caridad fraterna. No se pueden comportar como zelotes. Y, si no son capaces de ponerse de acuerdo, hay una jerarquía superior para intervenir. No basta con nombrar un comisario, un delegado, o lo que sea. Todo lo que no conduzca a una solución es un fracaso colectivo. Y no hace ningún bien a las cofradías, ni a la Iglesia.

Este caso es de parvulitos de cofradías. Sorprende que haya llegado tan lejos por la incapacidad de asumir la realidad. La Oración en el Huerto no se debe ir de San Severiano. Y, desde luego, en el Cádiz antiguo de intramuros, no hace falta. Ni esta cofradía, ni ninguna más. Bastante trabajo tienen con mantener bien a las que ya existen. La Semana Santa gaditana debe ser más coherente, es fiesta de interés espiritual.

José Joaquín León