HA sido un error garrafal. Un gol en propia puerta del PP gaditano. Como ha escrito muy bien Pablo Manuel Durio, en su artículo del pasado viernes, Bruno juega a ser como Kichi con los nombres de las calles. Pasan estas cosas porque Cádiz no es como Nueva York. Allí da igual que el alcalde sea de los demócratas o los republicanos, porque las calles de Manhattan no se cambian por bandazos y chuflerías. Las avenidas y las calles más famosas están numeradas. La Torre Trump se encuentra en la Quinta Avenida, entre las calles 56 y 57. El mejor parque es Central Park. En NY importan más el este y el oeste que este o el otro. Los ricos progres viven en Upper West Side y los ricos carcas en Upper East Side. En NY no le dedican una calle a cualquiera porque lo pidan sus socios, colegas o amigos.
La rectificación se queda corta. Era una barbaridad que el PP le quitase la calle al Santo Cristo, que la tiene desde 1873. ¿Y la de Chile? Estaba desde antes de Pinochet. Pero es increíble que dediquen una glorieta a la Educación Pública, tras la polémica de la Sanidad Pública. Se la merece toda la Educación. Si seguimos así, podrían aprobar otras glorietas a la Vivienda Pública, el Transporte Público y la Piscina Pública.
Los calificativos no hacen falta. El 24 de julio de 2019 yo escribí para que le dedicaran la calle 24 de Julio a José Manuel García Gómez, y no sólo por Poeta, sino porque fundó el colegio Argantonio, que está allí. Otra: nadie le decía Hostelero a Gonzalo Córdoba. Eso de hostelero lo dirán en Logroño, pero en Cádiz se le ha conocido como Gonzalo el del Faro. Por cierto, aquí premian más a la hostelería que a la cultura, según parece. A José María Pemán, que no era hostelero, sino escritor, le quitaron todo y aún no le han devuelto nada.
Bueno, es que don José María murió monárquico y liberal, pero antes fue franquista. Y para las calles se considera franquista a media Humanidad, aunque vivieran en el siglo XIX. Por ejemplo, le quitaron la Alameda al almirante Apodaca, ya lo escribí. Por ejemplo, no tiene calle José Moreno de Mora, el gran benefactor que regaló a Cádiz el colegio Mirandilla y el hospital de Mora; y que las mantiene en Tarifa, La Línea, Ubrique, Arcos o Villaluenga. Y en Trebujena, con alcaldes comunistas. Hay muchos gaditanos ilustres en el olvido.
Lo mejor es retirar la propuesta, y revisarla para poner y quitar los nombres con mejor criterio. Cádiz se merece un callejero estable, a salvo de ignorantes y sectarios.
José Joaquín León