LA Feria del Libro de Cádiz ha terminado. A la hora del balance final, se ha destacado que contó con una buena asistencia de público, más de 18.000 personas. Aunque no se alcanzó el récord de 2024, cuando asistieron más de 20.000 personas. Estamos en una racha de análisis para los eventos en Cádiz. Hemos leído y escrito que se deben revitalizar el Corpus y los Juanillos. Esto nos suena a lo que a veces se dice: mejorando lo presente. Todo es mejorable, por supuesto. Siempre valorando el esfuerzo realizado por la teniente de alcalde de Cultura, Maite González, con las múltiples actividades organizadas, que se incluyen como una parte más del proyecto Cádiz, ciudad del libro.
En los últimos años, la Feria del Libro gaditana parece haberse consolidado en un tiempo y un espacio. El tiempo sería los últimos días de junio y los primeros de julio. El espacio sería el Baluarte de la Candelaria, en cuyas casamatas ubican los puestos de libros y en cuyas salas organizan las presentaciones y actividades literarias.
La Feria del Libro tiene un componente festivo, pero es un evento cultural. La programación de este año ha intentado combinar las presencias de algunos autores y autoras de fama nacional, incluso de best sellers, como María Dueñas, con otros de perfil más literario, sin olvidarse de los gaditanos. Es de justicia que en Cádiz se preste atención a los autores de la tierra. En estos tiempos, publicar libros, más que un milagro, como se decía antes, es una chaladura. También han organizado actividades para niños y jovencitos. Las nuevas generaciones de adolescentes están entre los principales compradores de libros en papel. Leen más que sus abuelos. Pero entre sus lecturas no suelen estar Camilo José Cela ni Mario Vargas Llosa, ni mucho menos Vicente Aleixandre. Por citar a tres que ganaron el Nobel de Literatura en lengua española.
La prioridad de una Feria del Libro se supone que es vender libros. Este año han participado seis librerías, siete editoriales y cuatro instituciones, además de una librería solidaria. Total, 18. Otros años se debatió sobre el lugar de la celebración, pero ya no. ¿Las casamatas del Baluarte de la Candelaria son la mejor opción? Hace unos años, algunos libreros eran partidarios de trasladarla a plazas céntricas, como San Antonio o San Juan de Dios. ¿A nadie se le ha ocurrido poner la Feria del Libro en la plaza Mina? Es territorio gaditano para el arte: pintura, escultura, música… ¿Y por qué no la literatura? El Baluarte de la Candelaria, con sus casamatas, aporta ventajas e inconvenientes, pero no hay ganas de cambios.
José Joaquín León