HAY que tener sentido del ridículo. El que fue denominado Trofeo de los trofeos no lo pueden disputar dos equipos de Segunda División. Un Cádiz-Córdoba es indigno de la historia y un atentado contra el sentido común. Vale como un amistoso estival, pero no se puede presentar como cartel del Trofeo. Resultará cómico entregar la monumental copa al ganador de ese partido. Es verdad que en los últimos años el Trofeo iba cuesta abajo. Pero en 2024 se disputó a partido único con un Cádiz CF-Lazio de Roma. Es decir, el equipo local frente a un buen club italiano que en la Europa League ha llegado a cuartos de final. Antes, en 2023, había venido el Lecce, que es un equipo de la zona media baja del Calcio, aunque al fin y al cabo de la Serie A (la Primera italiana). Lo de este año es inadmisible.

El Ayuntamiento de Cádiz tiene responsabilidad en el Trofeo Ramón de Carranza. Fue inventado por un alcalde, José León de Carranza, hace 70 años. Se lo dedicó a la memoria histórica de su padre, que también había sido alcalde de Cádiz. Aunque la organización y la gestión fue cedida al Cádiz CF (y ahí empezó el declive del Trofeo), el Ayuntamiento sigue teniendo responsabilidad oficial y moral. El alcalde entrega el Trofeo al ganador. La recepción y el pregón (o acto de presentación) se celebran en el Ayuntamiento. Por eso, no se pueden quedar callados ante el despropósito cutre de este año.

Y no se trata de faltar el respeto al Córdoba CF, sino que ese equipo, en este momento, no tiene nivel para participar en el Trofeo de los trofeos. Entre los clubes que han disputado el Mundialito en EEUU, había muchos que jugaron el Trofeo Carranza. Traer a algunos de esos clubes (o a otros de semejante nivel) hubiera ayudado a recuperar el Trofeo. No vale todo.

He recordado otras veces que, en los buenos tiempos del Trofeo (allá por los años 60, cuando el Cádiz CF estaba en Segunda y no lo jugaba), se disputaba en las vísperas la Copa Cruzcampo. Era el partido de presentación del Cádiz. Por lo general frente al Sevilla, el Betis, el Granada u otro club andaluz. También vinieron algunos clubes portugueses del Algarve. Un Cádiz-Córdoba es como la Copa Cruzcampo de antaño. Sólo les ha faltado negociar con Heineken España, cuya sede está en Sevilla, o con la Fundación Cruzcampo, para la recuperación de aquella antigua Copa Cruzcampo.

Y el Trofeo Carranza que lo organice el Ayuntamiento. O dejar que se muera de viejo y de pena. Quizás esto sea lo más oportuno, viendo la general indiferencia ante la humillación cometida.

José Joaquín León