HA regresado el Juan Sebastián de Elcano. Sigue en plena ebullición el festival No sin Música. Cádiz está viviendo un finde como de Gran Regata, sin serlo. Podemos tener eventos exitosos, pero lo siento: todos los años no hay una Gran Regata. Sin embargo, la buena gente se ha acostumbrado. Creen que son como el Trofeo Carranza, que se organiza todos los veranos. Un Tricentenario de la Casa de la Contratación, sin una Gran Regata, saldría perdiendo en la comparación odiosa con el Bicentenario de La Pepa, que sí la tuvo. Así que nos ha quedado una Regatita, un cierto ambiente, con el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, que aporta prestancia. Lástima de que no haya podido acompañarlo el Amerigo Vespucci italiano, que siempre levanta pasiones.

Aunque el buque escuela sólo se podrá visitar hoy hasta mediodía. Forma parte de lo que se ha denominado Cádiz, 300 años de mar (como si no hubiera existido antes), que organizan la Universidad de Cádiz y la Diputación, con la colaboración del Ayuntamiento y otras entidades. El rector, Eduardo González Mazo, y la presidenta de la Diputación, Irene García, presentaron los actos, junto al alcalde, José María González, y el presidente de la Autoridad Portuaria, José Luis Blanco. Desde el miércoles, se está desarrollando un programa de conferencias, exposiciones, visitas, etcétera.

Ya hubo otro evento marítimo, lucido y colorido, que organizó el Ateneo, con José Ramón Pérez Díaz-Alersi y otros hombres de mar. Pero nos faltaba el Juan Sebastián de Elcano. Aprovechando el regreso, se ha organizado esta actividad. Además del buque escuela, también se puede visitar otros barcos: Malaspina, del Instituto Hidrográfico; Ramón Margalef, del IEO; Miguel Oliver, de la Secretaría General de Pesca; y UCADIZ, del CEI-Mar y la Universidad.

Son buques escuelas y oceanográficos. Diferentes a los de otras veces, cuando los rusos vendían hasta las medallas. Sin embargo, nuestras autoridades han insistido en la palabra mágica: lúdico. Acompañada de otra que aporta nivel formativo: científico. Así, esto no es una simple visita al Elcano, que ha regresado, y a cuatro barcos más, que pasaban por allí, sino que el muelle se ha integrado en la ciudad, con verja abierta. Julio es un mes grande, ya que también se ha anunciado la llegada de cuatro cruceros gigantescos, para el próximo miércoles, día 26. Vienen con 16.877 personas, y batirán el récord de cruceristas en un solo día.

Esta es una ciudad que vive de espaldas al mar, se suele decir todas las semanas, pero suspira por una Gran Regata. Cuando no la hay, se inventan los sucedáneos.

José Joaquín León