NO es tan fino como el Cádiz parisino. El Cádiz veneciano tiene premio, porque lo consiguió en el Carnaval con ‘A Venecia del tirón’, en los buenos tiempos del coro de La Viña, cuando Antonio Burgos y Antonio Martín eran sus autores. Pero, con el paso de los años, este Cádiz veneciano ha degenerado. Actualmente, es una porquería. La culpa no es totalmente del Ayuntamiento de Kichi, viene de antes (ya pasó en septiembre de 2009, cuando aún gobernaba Teo), pero a la actual Corporación se le ha inundado dos veces medio Cádiz en menos de un mes. Y no se puede echar las culpas a que ha llovido mucho, como dice el concejal Álvaro de la Fuente, sino que nuestra red de alcantarillado es manifiestamente mejorable.

En la civilización moderna, existen suficientes métodos para que lluvias como las de la semana pasada no inunden una ciudad como Cádiz. Por supuesto, yo no soy un experto en esta materia. Simplemente, me dejo llevar por la realidad. Consiste en hacer las obras necesarias para adaptarnos. En otros tiempos, ciudades como Valencia o Sevilla sufrían catástrofes con las riadas. También pasó en Chiclana, sin ir más lejos. Con la modernidad, los ríos dejaron de desbordarse. Madrid no se suele inundar. Las grandes ciudades no se suelen inundar. Por lo común, suele ocurrir en pueblos, y en zonas naturales con deficiencias, que les pasan factura cuando llueve más de las cuatro gotas habituales.

Casi todas las inundaciones (siempre que no sean como las del Arca de Noé) tienen solución con una previsión adecuada. El mismo concejal De la Fuente ha apuntado que las obras realizadas hace 10 años en la red de tuberías y aliviaderos de las calles Nueva y Cristóbal Colón tienen deficiencias, como una inclinación incorrecta y una canalización que absorbe menos caudal del necesario. Por ahí se está admitiendo que falló. En anteriores ocasiones, se ha culpado al pozo de tormentas de San Juan de Dios, a problemas de evacuación de aguas pluviales en el muelle, incluso a la pleamar. El problema no aparece por casualidad, sino por una deficiencia estructural.

Sufren las consecuencias los vecinos de la zona de Nueva y Cristóbal Colón (y de otros barrios de Cádiz), cada vez que hay alerta amarilla. Recuerden que Loreto y el Estadio eran zonas inundables, y que ahora se inundan menos. ¿Por qué? Porque se alivió con obras. ¡Obras, obras, obras! El Cádiz veneciano no es idílico y bello, se han visto hasta mojones flotantes. Arreglar eso debe ser una prioridad de las más prioritarias.

José Joaquín León