EN Cádiz gusta mucho cambiar por cambiar. A mi modo de ver es una influencia evidente del Carnaval, donde las agrupaciones cambian de tipo todos los años. En muchos casos también cambian de componentes, de autores, o de lo que haga falta. Algunas quedan irreconocibles. Esto también se olvida: no todos los cambios son a mejor. Véase el Ayuntamiento. Pues este afán por las modificaciones ha salpicado al mundo de las cofradías desde hace algún tiempo. Y no se trata de que permanezcan inmóviles. Tan sólo entender que son instituciones con siglos de historia, con fidelidad a unos principios, y que deben ser precavidas en las formas. Simplemente para no equivocarse.

Todo lo anterior es conceptual. En la práctica, se traduce en detalles. Este año se han empeñado en cambiar la carrera oficial de la Semana Santa. Una decisión que probablemente aprobarán hoy. No olvidemos que hay un Consejo nuevo, cuyo presidente es ahora Juan Carlos Jurado. Me parece tan correcto si lo cambian como si lo dejan igual. Es una decisión soberana. Y, al parecer, se adoptará sólo para 2018. Esto es lo que en Sevilla se denomina ad experimentum. Allí ciertos cambios los hacen con esa figura, que implica cautela; porque si sale bien se mantiene, y si falla se olvida. Por ejemplo, las cofradías del Martes Santo recorrerán la carrera oficial al revés, desde la Catedral a la Campana. Pero será un experimento; en principio, sólo por un año.

En Cádiz ya hicieron el experimento de recorrer la carrera oficial al revés, desde la calle Ancha a la Catedral. Lo estrenaron un Domingo de Ramos, en 2008. Todos dijeron que había quedado precioso, y no se repitió nunca más. La nueva propuesta de carrera oficial, básicamente, consiste en suprimir la calle Ancha y llegar a la Catedral por Nueva, San Juan de Dios y Pelota. Mantiene todo lo demás. Presenta el inconveniente de que se van a enterar de lo que es la plaza de San Juan de Dios, como les toque un año de frío o levante desatado. Así que cuidado. No es sólo por donde entran o salen los pasos, sino que venden abonos de palcos y sillas.

Por otra parte, no se entiende esa manía que le han tomado a la calle Ancha, que es una de las mejores de Cádiz para ver cofradías. Así lo han practicado varias generaciones de cofrades y no parece que todos estuvieran equivocados. Lo malo de allí no es el sitio, sino los horarios. Por eso, antes de cambiar por cambiar, parece prudente que opten por hacerlo ad experimentum. A no ser que lo pongan un año sí y otro no, como la Cabalgata de los Reyes Magos.

José Joaquín León