A todo el mundo le ha parecido incluso normal. Como si las comparsas de los Antonios (Martín y Martínez Ares), cantaran Madama Butterfly o Tosca todos los días; o como si las chirigotas del Selu y de Vera Luque fueran especialistas en Richard Wagner o Alban Berg. Esto es muy grande, porque llevar el Carnaval de Cádiz al Liceu de Barcelona es como llevar al Cádiz al Camp Nou para disputar los cuartos de final de la Champions League, como si Garrido fuera Iniesta. Esto sí que es un pelotazo. Esto supone elevar al Carnaval de Cádiz a unos niveles gloriosos. El Selu podrá decir para la posteridad: aquí cantamos Montserrat Caballé y yo, entre otros.
La prueba de que en el Liceu no canta cualquiera es que no han incluido a los coros ni a los cuartetos. Llevar al Gago o al Joselito al Liceu es que ya sería el colmo. Ni siquiera a Piulestán, que es más formal. Un cuartetero en ese templo del bel canto removería los cimientos de la música seria. Y, además, te pones en el pellejo de una joyera del Passeig de Gràcia y es que no le haría gracia, porque no se enteraría de casi nada. Por el contrario, lo de “Rajoy que voy” lo entienden todos. Incluso Oriol Junqueras.
¿Y los coros por qué no cantan? Ahí quería llegar. En el Liceu de Barcelona ya tienen un coro, que participa habitualmente en las óperas y en el repertorio coral, tipo Requiem de Verdi, o El Mesías de Haendel. Si allí cantan los coros de Julio Pardo y Faly Pastrana (que son los dos que irían, sin ningún género de dudas, pues para eso se llevan todos los premios), ¿qué dirían los coristas del Liceu? Fijarse que si les fichan a algunos sería un roto y un descosido. O que esos coleguillas de la Casa de Cádiz en Barcelona, después de un tango a la gaditana del coro de Julio, empiezan a gritar “Esto sí que es un peazo coro”, y Antonio Rivas riéndose y Juan Lucena saludando… Habíamos quedado que estamos en el Liceu.
La envidia es mala, pero siempre quedará un resquicio para la venganza. Esos comparsistas buenos que tenemos en Cádiz, con esas voces maravillosas, van a cantar donde estuvieron Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y Josep Carreras. Las figuras del Carnaval llegarán al escenario donde se lucieron los tres tenores. A ver quién les discute ahora si quieren cobrar una parte y media, o dos partes, o incluso tres.
Será el 19 de marzo, el Día de la Pepa. Si aquí vino una chirigota vasca con el Bocu y el recordado Rodicio, puede que se apunte una comparsa catalana. Antonio Martín, como es un pionero en todo, ya tuvo Catalanes grandes y chicos. Está todo inventado.
José Joaquín León