LA sentencia del caso Gürtel abre un nuevo panorama político en España. Se hablaba de los Presupuestos Generales del Estado, del acuerdo del PP con Ciudadanos y el PNV para aprobarlos, o del chalé de Pablo Iglesias... Ahora se habla de la moción de censura que ha presentado el PSOE de Pedro Sánchez con urgencia, antes de que se aprobara en su partido. O del intento de Ciudadanos para afrontar lo que se le viene encima, reclamando la convocatoria de unas nuevas elecciones. El PP se ha quedado muy tocado; y la única salida que tiene es ofrecer la cabeza de Rajoy, antes de refundar el partido, algo que pudieron decidir antes, a sabiendas de lo que iba a ocurrir. Pero todos van a lo suyo personal. A veces se dañan ellos mismos por el exceso de ambición.

Es lo que puede ocurrir ahora. Lo más llamativo es la moción de censura, de la que el PSOE puede salir fortalecido o definitivamente hundido. Sobre el papel, la mejor salida democrática es facilitar la convocatoria de elecciones cuanto antes, para que sean los españoles quienes decidan. Por el contrario, es incoherente formar un Gobierno socialista, ya que el PSOE quedó segundo en las últimas elecciones, y en las últimas encuestas aparece como tercero; y su líder, Pedro Sánchez, ha perdido todas las elecciones generales a las que se presentó y ya fracasó en otra moción de censura. Además de que aparecer junto a Podemos, Bildu y los acólitos de Puigdemont les aleja de esa imagen de moderación que recuperaron. Puede perjudicar, de rebote, a Susana Díaz y algunos alcaldes.

La posición de Ciudadanos también es difícil. No pueden apoyar la moción del PSOE, excepto que se quieran ahorcar ellos mismos. Aparecer sumados a los indepes de la estelada, los pro etarras y Podemos malograría varios años de esfuerzos. Así que deben negociar la cabeza de Rajoy, o arriesgarse a las elecciones, en las que podrían entrar a gobernar, incluso ganar. Y eso les pesa también: el miedo a ganar.

El PP, por supuesto, va a ser el gran perjudicado, después de la condena. Y lo peor para ellos no es el papelón de Rajoy, sino que puede arrastrar a otros candidatos en las elecciones autonómicas y municipales, según evolucione el asunto, según sean las respuestas políticas. Se abre un nuevo escenario, con un buen caldo de cultivo para el populismo. Pueden resucitar algunos que parecían tocados como Pablo Iglesias. Daños colaterales: populismo crecido, activar el ventilador. Porque las secuelas del caso Gürtel  llegarán hasta la política local.

José Joaquín León