EL otoño se presentará caliente, según todas las previsiones. Uno de los globos sondas que han lanzado en agosto, aprovechando la temporada de playas, es la subida de impuestos. Podemos ha pedido al PSOE más ingresos para facilitar el aumento de gasto público. Pero no sólo para más asesores y más enchufados, no, también más sanidad, más educación y más excusas para colar lo uno con lo otro. Aunque Pablo Iglesias está ausente, con permiso de paternidad, sus heraldos han anunciado que esto lo pagarán los banqueros y los ricos. La sorpresa llega cuando se ha sabido que los nuevos ricos de Podemos son todos aquellos contribuyentes que declaran más de 60.000 euros en el IRPF.

Se ha bajado el listón para el nuevo rico. El PSOE situó en 150.000 euros el tope del contribuyente al que se podría considerar rico para el Fisco. Sin embargo, ahora Podemos  lo sitúa en 60.000 euros al año. Eso convierte automáticamente en ricos a Pedro Sánchez y Susana Díaz, pongo por caso. También a muchas decenas de artistas y profesionales progresistas (del antiguo salón de la zeja) que superan ampliamente esas retribuciones. Así se llega a una duda filosófica: ¿se puede ser rico y socialista?, ¿se puede ser rico y comunista?

Desde ese punto de vista filosófico, es recomendable la lectura del librito El banquero anarquista, de Fernando Pessoa (autor portugués nada sospechoso de facha), bajo la fórmula de sátira dialéctica. No es raro. Si hubo una duquesa roja con palacio, puede haber un banquero anarquista. Curioso fue el caso de Ramón Tamames, ideólogo económico del PCE en los tiempos de la Transición, lo que no le impedía disfrutar de cierta posición acomodada. Después revisó sus ideas y se aburguesó.

Los de Podemos se conforman con ganar 1.800 euros mensuales, aunque se pueden permitir algún capricho, como el chalé de sus líderes. Sin embargo, no alcanzan el tope de los 60.000 euros, por lo que son pobres como sus vecinos. Por el contrario, Susana Díaz es la segunda presidenta autonómica que cobra menos, y aún así supera el umbral de la riqueza, aunque lejos de Carles Puigdemont, que era el político mejor pagado de España.

Con los nuevos ricos se ha abierto la veda. Podemos bajarlo, más adelante, de 60.000 a 30.000 euros, con lo cual dispondrían de más ricos a los que machacar. Y fijar diferencias entre los pensionistas pobres y los pensionistas ricos. Cuando se habla de los impuestos, sucede eso: atentos, no sólo se los subirán a los banqueros.

José Joaquín León