SE suele decir que las ratas huyen cuando un barco se hunde. Esto pasa especialmente en los barcos con ratas, que son los más cutres. En los barcos pijos, el capitán es el último que lo abandona. Y eso quiere decir que los demás también se van antes, a la voz de “sálvese quien pueda”. Es lo que le está ocurriendo a Susana Díaz. Está clarísimo que Pedro Sánchez juega a Salomé y ha pedido su cabeza en bandeja de plata. Por devolverle la jugada, de cuando ella pidió la cabeza de Pedro, y acudió Verónica Pérez a Ferraz, no para bailar la danza de los siete velos, pero sí para dejar las cosas claras. Es otra tortilla a la que le han dado la vuelta.

Comprendo que en el PSOE estén dolidos, porque han perdido 660 puestos de trabajo. Y sin Eres, que es lo peor. Antes, cuando Manolo Chaves era presidente, se hubiera calificado de Hecatombe un resultado así. Pero ahora se dice que es el cambio, y le echan las culpas a la pobre Susana, a la que quieren llevar al martirio. Trianera es ella, como Justa y Rufina, pero corren otros tiempos, y ahora los que no quieren dar dinero para las fiestas de Venus son los de Vox. Sin embargo, es un gran error que se quieran cargar a Susana Díaz, y puede que no haya ganado jamás unas elecciones por mayoría absoluta. Pero pregunto: ¿acaso las ha ganado Pedro Sánchez? Recuerden que Pedro no entró en la Moncloa a caballo, a lo Santiago y cierra España, sino a hombros de independentistas y proetarras, y con Pablo Iglesias portando el incensario.

Así, pues, la culpa es del otro. Si usted es uno de los 660 que se van a quedar sin trabajo en la Junta pida la responsabilidad al maestro Pedro. Las cuentas están muy claras. Si la culpable fuera Susana, por ser demasiado arisca con el gallo Pedro, los votos se le hubieran ido a la izquierda. Pero Adelante Andalucía  atrasó tres escaños. Los votos que perdió el PSOE se le fueron a Ciudadanos (es decir, más al centro constitucional) y a la abstención, porque les daba vergüenza votar a ese partido. Algunos se pasaron a Vox, pero eran pocos.

En el PSOE hay varias sensibilidades desde antes de la Guerra Civil. Me refiero a la del 36, claro, no a la de ahora. Pedro juega a ser como Largo Caballero, el del Frente Popular, mientras que Susana juega a lo que le digan los felipistas, que vienen de Besteiro y algunos de Prieto. Pedro Sánchez confunde a los dos Pablos Iglesias, y mezcla al nuevo con el viejo, y va pidiendo cabezas. Pero si en el PSOE quieren saber quién es el culpable, lo tienen fácil: que convoque ya elecciones generales.

José Joaquín León