LAS encuestas (incluidas las oficiales del CIS de Tezanos y el Centro de Estudios Andaluces) vaticinan un claro triunfo electoral de Juanma Moreno en Andalucía, que se calcula en el entorno de los 50 escaños. No alcanzaría la mayoría absoluta, pero si Ciudadanos pesca un par de escaños se quedarían cerca. Estos datos han creado un mal disimulado triunfalismo en el PP. Y aunque Juanma Moreno pide cautela y no caer en confianzas, el mensaje que llega a la gente es el contrario. Como que lo están celebrando antes de ganar. Por el triunfalismo y los excesos de confianza se han consumado inesperadas derrotas. El París Saint Germain, el Chelsea y el Manchester City fueron eliminados de la Champions por el Real Madrid cuando ya saboreaban la victoria.

El triunfalismo del PP, aunque parezca paradójico, podría beneficiar al PSOE y desde luego a Vox. Para que Juanma Moreno gobierne en solitario (o con dos consejeros de Ciudadanos), debe superar a tres rivales: el PSOE, Vox y la abstención. No tiene ganada ninguna de esas batallas políticas, y ninguna le resultará fácil. Menos aún si se confían, como las vírgenes necias de la parábola. Esto lo incluyo para los andaluces que van a misa, que son más que los votantes del PSOE, según las encuestas. Si bien es cierto que algunos votantes del PSOE también van a misa. Ahora las encuestas parecen un confesionario.

En 2018, el CIS profetizó que ganaría el PSOE de Susana Díaz con 45-47 escaños y se quedó en 33. Gran patinazo. En la encuesta del jueves abren una horquilla amplia. Entre los tres partidos de izquierda podrían llegar en el mejor caso a 48 escaños, más o menos igual que el PP. Por un escaño se puede decidir esa cuenta de la lechera.

Pero Juanma no sólo compite con el PSOE y la izquierda. También contra Vox. Porque el programa de Vox para Andalucía es inasumible por el PP. Para gobernar juntos deberían olvidarse de ese programa. Y para exigir que le permitan gobernar en solitario, Juanma necesita una diferencia de 30 escaños con Vox. Ganar por 50-20, o algo así. Si Vox no pasa de 15, tampoco le podría pedir demasiado. Por eso debe explicar bien las ventajas del voto útil.

El tercer gran rival será la abstención. Ese rival lo ha creado el propio Juanma Moreno, al convocar elecciones el 19 de junio. No debe olvidar que hay una abstención consciente y otra incalculable. Me refiero a los que prefieren quedarse en la playa a última hora y no votan. El tiempo influirá.

José Joaquín León