SE suele decir que una buena capa todo lo tapa. En este país hay que tapar muchas cosas. Justo cuando se hablaba de la sentencia de los ERE y de las condenas a Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que no se enriquecieron personalmente, pero bueno, pasó lo que pasó. Justo cuando salía a relucir la inflación del mes de julio, que ha subido al 10,8% y es la más alta de los últimos 38 años. Justo cuando las encuestas dicen que el PSOE de Pedro Sánchez va de capa caída. Justo cuando hasta los socialistas de toda la vida están despotricando, y se suelta el lastre de Lastra, y ruedan cabezas por la madrileña calle Ferraz. Justo cuando la socia Irene Montero lanzó la campaña en favor de la obesidad, que tantos millones cuesta a la Sanidad pública. Justo entonces apareció Pedro Sánchez sin corbata, para criticar al PP y los empresarios.

JUANMA Moreno Bonilla ha sido investido presidente de la Junta de Andalucía con una mayoría muy absoluta. En las votaciones del Parlamento, contó con los 58 votos del PP, la abstención de Vox y los 37 votos en contra del PSOE, Por Andalucía y Adelante. Significa que lo consiguió con 21 escaños de ventaja. La abstención de Vox era lógica, y no a cambio de la vicepresidencia tercera de la mesa, sino porque no se iban a sumar a la izquierda, ni les interesaba después del resultado en las urnas. También es lógico que los socialistas, los comunistas y los anticapitalistas votaran en contra, pues para eso los han puesto en la oposición.

MUCHOS parlamentarios andaluces lo repetían como loritos: “Esta es la fiesta de la democracia”. La apertura de la XII Legislatura del Parlamento de Andalucía resultó muy bonita y festiva. Los parlamentarios aparecían contentísimos. No era para menos, pues han encontrado un trabajo para cuatro años. Allí acudieron sus familiares para celebrarlo. Era un día de cortesías y abrazos, de muchas fotos con sonrisas. No era como en el Congreso de los Diputados, donde a la misma hora se despellejaban en el debate del estado de la nación. Andalucía es diferente, ya se ha visto el 19-J.

UNO de los errores más graves que cometió Vox en la campaña andaluza fue que se la diseñaron en Madrid y se les notó demasiado. No se puede venir a Andalucía en plan chulapona de Lavapiés. No se puede enviar a Macarena Olona como una emigrante en AVE, para que aterrice en Salobreña, mientras critica a los emigrantes que llegan en patera a las costas de al lado. Y, sobre todo, que lo peor en Andalucía son las chulerías. Eso se sabe desde el 28-F, que era eso: la reivindicación de quienes no quieren que los tomen por tontos. El andalucismo siempre ha defendido que lo nuestro se decida aquí, y que no nos den coba los catalanes, ni los vascos, ni los madrileños. Sin que eso impida al andaluz sentirse español.

GRACIAS a los andaluces, el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos rebajó el IVA de la luz al 5%, prolongó la bonificación de los 20 centimitos de la gasolina, y anunció otras medidas sociales, creando una Bolsa de Caridad para ayudar a los que tienen menos ingresos. Todo eso se aprobó seis días después de perder las elecciones en Andalucía. Con razón dijo Juanma Moreno: “Gracias, gracias, gracias”. El voto, como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende. Pero origina consecuencias. ¿Qué hubiera pasado si Juan Espadas hubiera ganado la presidencia de la Junta? Estarían encantados de conocerse. Más fotos de Pedro con Biden, sonriendo después del 10% de IPC en junio. Así lo mejor es lo que pasó: estar en el lado bueno de la historia, que es cuando se rascan el bolsillo.