PRECISAMENTE ayer llegaba a Granada el archivo histórico con el legado de Federico García Lorca. Coincide con la presentación de mociones en la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla para que la Academia Sueca cambie sus normas y conceda un Premio Nobel de Literatura, a título póstumo, al gran poeta. Esta iniciativa de IU parece absurda, pero ha sido avalada por los partidos para no apartarse de lo políticamente correcto. Se olvida que la Memoria Histórica no afecta a Suecia. Es pintoresco que lo presenten en el año de más desprestigio, cuando no se ha concedido el Nobel de Literatura a nadie, a causa de la corrupción y los presuntos abusos sexuales de algunos académicos suecos.

Cambiar las normas del Nobel porque lo propone IU. Cuando les llegue esta petición, los académicos suecos pensarán que era lo que les faltaba. González Rojas, el portavoz sevillano de IU, dijo que sería una manera de reparar la injusticia del asesinato de García Lorca, que han relacionado con Queipo de Llano y su tumba, por cierto. Pero la injusticia del asesinato es irreparable, con o sin Nobel póstumo. Fue uno de los horrores (y errores) de la guerra.

Es posible que Federico García Lorca hubiera recibido el Premio Nobel en caso de no haber sido fusilado. Sin embargo, otros grandes poetas, como Rafael Alberti o Luis Cernuda, sobrevivieron y no se lo concedieron. En su día se dijo que esa generación de poetas fue reconocida cuando Vicente Aleixandre recibió el Premio Nobel de Literatura en 1977. Por cierto, un poeta nacido en Sevilla (donde no se le valora) y criado en Málaga, que vivió en Madrid durante los años del franquismo, en lo que se denominó su “exilio interior” de Wellingtonia, 3. Un poeta extraordinario, como Lorca y otros de aquella generación que no figuran en la lista del Nobel.

Tampoco fueron premiados escritores como Marcel Proust y James  Joyce, que son los padres de la novela del siglo XX. Ni Jorge Luis Borges, que está a la máxima altura de las letras hispánicas del siglo pasado. El pasado 22 de mayo falleció Philip Roth, que era el mejor novelista vivo, posiblemente. Así que no recibir el Nobel de Literatura también es un honor.

Federico García Lorca figura entre los No-Nobel. Y no necesita unas mociones partidistas de políticos aprovechados. Su poesía cabalgará siempre en un caballo verde, como si huyera de la muerte reflejada en el espejo roto por una bala.

José Joaquín León