DESDE hace algún tiempo, en Sevilla hay personas interesadas en reconvertir el Metro en un tranvía. No es lo mismo. Se sabe que en el PSOE proliferó un frenesí extraño de partidarios de los tranvías, que no sólo afecta a Sevilla, sino al resto de Andalucía, donde han creado varios recorridos, algunos de los cuales no funcionan ni es probable que funcionen nunca. Hasta en Bruselas se han mosqueado. ¿Por qué ese frenesí del PSOE y de la Junta de Andalucía en el amor al tranvía? Por el contrario, con los metros andaluces lo llevan piano piano, y así no se llega a Pino Montano.

Antes culpaban del retraso del Metro al Ministerio de Fomento y a Rajoy. Pero ya no se puede. Así que nada más llegar el PSOE, con Ábalos, al Ministerio de Fomento han arreciado los elogios del tranvía. En ese sentido, ha vuelto a salir la idea de Antonio Barrionuevo, insistiendo en que resultaría mucho más barato en superficie. Es verdad. Y aún más barato saldría no hacer nada, y conformarse con el autobús de Tussam. Llegados a ese punto, me sorprende que los arquitectos se hayan mostrado tan partidarios del tranvía, cuando los ingenieros dijeron lo contrario, y situaron al Metro entre las prioridades de infraestructuras en Andalucía. Serán cuestiones corporativas, que se nos escapan. Igual que se nos escapa por qué  antes lo mejor era el Metro y desde que tenemos ministro del PSOE lo mejor es el tranvía. O sea, ¿por qué hemos pasado de la liebre al gato?

En esas ha salido Beltrán Pérez, el portavoz del PP, al quite. No cedas, Beltrán. A pesar de que están distraídos con lo de Soraya y el otro Pablo, ha recordado que la línea 3 del Metro no se debe canjear por un tranvía, a pesar de que estamos en el periodo de rebajas. Se ha comprometido a pinchar el globo del tranvía de Pino Montano, si le siguen echando aire. Ya se está viendo que sube el globo, así que tengan cuidado. De aquí  a nada se va a decir que el tranvía es mucho más progresista que el Metro. Pero entonces le replicaremos que el mejor Metro del mundo era el de Moscú, y que lo hicieron los comunistas del PCUS. Cuando los comunistas de Stalin y sus compañeros hacían metros.

Se puede defender el tranvía, el Metro o los viajes en globo. Pero hay que tener mucho cuidado para que a Sevilla no le vuelvan a dar gato por liebre. Al final la culpa de quedarse Sevilla sin Metro la tendrá Mariano Rajoy. Por haberlo echado Pedro Sánchez y perderse la última excusa.

José Joaquín León