AHORA están en el tira y afloja, en los amagos de rechazo y en el cortejo. El acuerdo para el presupuesto municipal de 2019 y las ordenanzas fiscales es la última jugada táctica de Juan Espadas. Una jugada bien pensada, que para culminarla con éxito necesita que le beneficie a él, pero también a otros. Y en eso está. ¿Otros? ¿Qué otros? Pues sobre todo al PP y a Ciudadanos. Si Espadas consigue un acuerdo con los partidos del centro derecha reforzará esa imagen de moderación y centralidad que ha sabido cultivar. ¿Y qué pasaría con la izquierda de Unidos y Podemos? El propio alcalde lo ha insinuado: “¿Quién va a estar en contra de una reducción de impuestos?”. Pues ya ves.

Espadas actúa según los principios clásicos: primero los marrones y al final la bajada de impuestos. Al final es lo último que se recuerda. Y eso beneficia a quien está en el poder. Pero no olviden que Ciudadanos medió para bajar el IBI un 3%, y que el PP reclamó una bajada mayor. Beltrán Pérez también tiene su discurso y plantea que la disminución del IBI sea del 10% en el conjunto del mandato. Sigue así su teoría: el PSOE sólo hace las rebajas cuando acepta las propuestas del PP.

Al presentar un presupuesto alternativo, como elemento para negociar, los populares también asumirían su cuota de protagonismo en el acuerdo. Por otra parte, les viene bien a los tres: al PSOE, al PP y a Ciudadanos. Sobre todo a los dos grupos mayoritarios. Porque así el PSOE y el PP se presentarán, a los ojos de los sevillanos, en el modo contrario al que lo hacen en Madrid, después de la moción contra Rajoy. Un Espadas que es capaz de alcanzar acuerdos con el PP, en beneficio de la ciudad, sin partidismos. Y un Beltrán Pérez que es capaz de ejercer una oposición responsable y moderada, provechosa para la ciudad, más allá del partidismo. En ese escenario, a Javier Millán le interesará subirse al carro para que Ciudadanos no se quede al margen. Siempre con los dimes y diretes previos de las negociaciones.

Todo parece muy bonito, casi idílico. Pero existe un pequeño problema. En mayo de 2019 habrá elecciones municipales. No esperan mayorías absolutas. Y eso significaría que los votos de de Adelante Sevilla (o como se llamen Unidos y Podemos) pueden ser necesarios para un pacto de izquierda. También pudiera ocurrir que fuera innecesario un pacto de izquierda. Pero ese escenario parece utópico. ¿O no?

José Joaquín León