RESULTÓ pintoresco que el PP organizara un mano a mano entre Juan Ignacio Zoido y Beltrán Pérez en la Fundación Valentín de Madariaga, apenas cuatro días después de dar a conocer la lista de Sevilla para las autonómicas. Resultó muy curioso porque estaba anunciado (y habían cursado las invitaciones) desde semanas antes de dar a conocer la lista del morbo. Esa lista en la que Zoido volvía a Sevilla, como candidato inesperado para las autonómicas, colocado por delante de Virginia Pérez. Una lista que removía los fantasmas del enfrentamiento. Como en otras provincias andaluzas, se ha sugerido que el tiempo de las vendettas no estaba olvidado. Y se intuye que hay algunos recolocándose para el futuro.

El mano a mano del PP entre Juan Ignacio Zoido y Beltrán Pérez ya sorprendía  desde antes de las listas. El cartel iba incluso con moderador, que era Joaquín López Sáez, director de COPE en Andalucía. Para mayor curiosidad se presentaba bajo la denominación La Constitución nos une. “Será de lo poco que los une”, decían las malas lenguas. “La familia que reza unida permanece unida”, se afirmaba con el padre Patrick Peyton, en otros tiempos. Puede que algunas familias del PP estén rezando, por lo que pueda ocurrir el 2-D.

Sin embargo,  tras el mano a mano, no se ha retirado nadie. No fue como lo de Padilla y Talavante en la corrida de Zaragoza. Por el contrario, no hubo muertos ni heridos (políticamente hablando, se entiende), sino que todo transcurrió dentro de la buena educación y de la unidad constitucional. “La unión hace la fuerza”, pusieron como lema en Bélgica, un país que es como dos. Allí fue a parar Puigdemont.

Puede que las familias del PP estén atravesando una crisis de identidad. En las empresas familiares hay que evitar las malas tentaciones de echar las culpas a los otros. Por el contrario, la Constitución los debe unir, como unió a Manuel Fraga con Santiago Carrillo, que era más difícil.

Después del mano a mano, se está especulando con la posibilidad de que Zoido haga campaña a favor de Beltrán en las municipales, para acompañarlo en la lucha contra los molinos de viento del alcalde Espadas. Recuperar la Alcaldía de Sevilla suena ahora a quijotesco para el PP, cuando en 2011 les resultó tan sencillo.

Sólo han pasado siete años, pero parece que fue un siglo. Deberían pensar en lo que ha ocurrido y por qué han caído en las encuestas. Para que Zoido ayude a Beltrán falta un mundo y unas elecciones autonómicas por medio, en las que el PP se juega algo más que salvar los muebles en los despachos de la calle San Fernando.

José Joaquín León