EN estos días todo el mundo aporta su opinión sobre el denominado estadio olímpico de Sevilla, oficialmente estadio de La Cartuja. Por lo común, para decir que fue un despilfarro y una estupidez, y que no ha servido para nada. A pesar de todo lo que se ha visto allí. Al cumplirse en 2019 los 20 años de su inauguración, vuelve a la actualidad. Como yo lo viví de cerca, aprovecho para apuntar que el estadio soporta tantas críticas por un sencillo motivo: es uno, pero no dos. Es decir, que para haber triunfado por todo lo alto, con Juegos Olímpicos o sin ellos, debieron construir dos estadios, para regalar uno al Betis y otro al Sevilla.

El error, inmenso error, fue levantar un solo estadio en una ciudad con dos equipos tan enfrentados. Es sabido que Alejandro Rojas-Marcos, en sus tiempos de alcalde, intentó un cambalache con Manuel Ruiz de Lopera para que las criaturitas del Betis se mudaran desde Heliópolis a la Cartuja. El asunto no prosperó. El Sevilla exigía el mismo trato. Así que los dos clubes optaron por quedarse en Nervión y en Heliópolis, no sin ciertas concesiones que no vienen al caso olímpico.

El estadio fue diseñado por el estudio de arquitectura de Cruz y Ortiz. Sevillanos tenían que ser, por lo que no fueron profetas en su tierra, sino en Madrid, donde Antonio Cruz y Antonio Ortiz diseñaron el estadio Wanda Metropolitano para el Atlético. Entonces han sido justamente aclamados, valorándose que el estadio se encuentra en el municipio de Madrid, y no en el de Sevilla colindante con Santiponce.

En España construyeron estadios olímpicos en tres ciudades, de los que sólo una, Barcelona, ha sido sede de unos Juegos, en 1992. El estadio olímpico de Barcelona, actualmente llamado de Lluis Companys, fue sede del Espanyol cuando se llamaba Español y no tenía un presidente chino. Después se han trasladado a Cornellá-El Prat, en un municipio de la periferia de Tabarnia. En el estadio olímpico de Barcelona no juega ningún club de fútbol y dicen que está mal aprovechado. El problema no es de los Juegos, sino del uso del estadio.

En cuanto a la Peineta de Madrid, jamás ha sido escenario de unos Juegos Olímpicos, sino que se lo dieron al Atlético de Madrid, sin que se opusiera el Real, que se forraba con otros negocios en sus recalificaciones. Así que se lo montaron mejor, sin ser tampoco sede olímpica, como Sevilla.

El estadio de La Cartuja fue calificado con cinco estrellas, como el hotel Alfonso XIII, y ha acogido grandes competiciones y espectáculos. No será tan malo cuando estuvo hasta la Esperanza Macarena. ¿A cuántos estadios ha ido la Madre de Dios?

José Joaquín León