A falta de tranvías a Santa Justa, buenos son metros. El PSOE, el PP y Ciudadanos están a favor de ampliarlo en tres líneas más. Pero no hay forma de conseguirlo. Termina otro año sin que se vea un obrero, una tuneladora, ni siquiera una valla publicitaria para el comienzo de las obras. Es traumático. Zoido no lo consiguió y Espadas tampoco. Adiós, 2018, adiós. Tampoco ha sido el año del Metro. Y en esas, muchos sevillanos  se siguen preguntando: ¿cómo se hace un Metro? Respuesta: como lo hacen los que saben hacerlo. Por ejemplo, en Shanghái de la China.

Se nos escapan las mejores oportunidades. ¿Por qué no vino a Sevilla Xi Jinping durante su visita oficial a España? Este hombre es el presidente de China, y pasó tres días en Madrid. Allí se entrevistó con el Rey y con Pedro Sánchez, además de firmar una veintena de acuerdos comerciales. Se aireó que beneficia a las exportaciones de jamón y de uva de mesa. Suerte para las empresas andaluzas del sector. Imagínense a 500 millones de chinos comiéndose las 12 uvas. Pero se perdió la oportunidad de que Xi Jinping viniera para firmar un acuerdo sobre el Metro.

Igual que España construye el AVE de La Meca y el metro de Riad en Arabia Saudí, China podría encargarse del Metro de Sevilla. ¿Y por qué China? Pues porque están convirtiendo el Metro de Shanghái en el más importante del planeta. En China construyen ahora más kilómetros de metro que en todo el resto del mundo juntos. Y es un país comunista, oigan; esto para que se enteren los de Podemos e Izquierda Unida, que sólo ponen pegas. Se puede ser comunista y viajar en Metro, como ocurrió en Moscú, en los tiempos de la URSS. No es incompatible. El Metro no es para los banqueros, sino para la gente.

Esto lo copio de la revista Retina, que lo publicó en septiembre: “La tuneladora que está horadando el subsuelo de Shanghái avanza 9,6 metros al día, a 20 metros bajo tierra, operada por una decena de trabajadores. En 2020, cuando acabe, habrá añadido 38,5 kilómetros a los 673 actuales”. En total, cuenta con 16 líneas. El ingeniero jefe, que se llama Yang Jun, ha trabajado en cinco líneas en los últimos 12 años.

¿Por qué el Ayuntamiento no ficha a Yang Jun, como si fuera un crack? Un Metro se hace trabajando, con una tuneladora a tope, y vámonos que nos vamos. No se hace con paros indefinidos en la única línea existente. El objetivo de Shanghái es alcanzar los 1.000 kilómetros de Metro en 2030, para lo que les faltan 327 kilómetros más. A ver cuántos kilómetros construyen en Sevilla hasta 2030. Puede que ninguno.

José Joaquín León