LA visita del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, al ex ministro de UCD y fundador del PSLA, Manuel Clavero Arévalo, es un gesto cargado de simbolismo. Era su primera visita tras ser elegido. Es una protestación de fe en la autonomía de Andalucía que hace el nuevo presidente. Y es también un mensaje de profundo calado para los navegantes de Vox: la autonomía de Andalucía no es exclusiva de la izquierda, la autonomía de Andalucía no es propiedad privada del PSOE que se ha aprovechado durante 36 años, la autonomía de Andalucía viene del andalucismo, del PSA de Rojas-Marcos, Uruñuela y Arredonda y del PSLA de Clavero. Antes de la Transición, muchos socialistas y comunistas no sabían quién era Blas Infante.

El referéndum del 28-F no lo ganó sólo la izquierda, sino la unión de los andaluces de todas las ideologías. Hacían falta los votos de más de la mitad del censo (que no es lo mismo que los votantes) en todas las provincias, como requisito para la autonomía plena. A ese tope no se llegaba sólo con los votos del PSOE y del PCE. Y es verdad que UCD dijo desde Madrid aquello de “Andaluz, este no es tu referéndum”. Pero en UCD hubo andaluces con dignidad, como el ministro Manuel Clavero (el del café para todos), que presentó su dimisión y pidió el a la autonomía en el 28-F.

También es verdad que después fracasaron los intentos de afianzar un nacionalismo o un regionalismo moderado, más allá de las intermitencias del PSA, reconvertido en PA y dividido entre los de Rojas-Marcos y los de Pacheco. El PA se consideraba interclasista y de centro izquierda. El PSLA de Manuel Clavero se disolvió, porque la burguesía andaluza no apostó por una Andalucía fuerte y prefirió vivir acomodada y subvencionada a la sombra del PSOE.

En aquel PSLA, integrado en UCD, militaba Javier Arenas, que después pasó al PDP, que se integró en el PP. De ese tronco viene el PP andaluz, que ha sido hasta ahora uno de los más autonomistas de España. Javier Arenas y su discípulo Antonio Sanz compraban banderas andaluzas para los mítines del PP, se patearon Andalucía en tiempos de bigotitos finos y brillantina, y apoyaron un nuevo Estatuto a semejanza del Catalán para que nadie dijera que el PP dejaba a Andalucía con menos autonomía que los catalanes (antes de que CiU pidiera la independencia). Hasta ahora, hasta el rearme, el PP ha apoyado nítidamente la autonomía que los andaluces se ganaron a pulso el 28-F.

Con la visita a Clavero, Moreno está diciendo que ahí está él. Una Andalucía para todos los andaluces aún es posible.

José Joaquín León