SEVILLA es la cuna del susanismo (esa variante del felipismo sigloveintiuno y santelmista), pero ahora se han empeñado en que sea su tumba. Tanto hablar de transparencia, primarias y listas elegidas por las bases de los compañeros militantes, para que al final se decidan a dedazo del líder, que es lo que criticaban al PP. Dándose la circunstancia de que en el PP el líder actual es  Pablo Casado, elegido en un congreso donde la mayoría de los populares andaluces (incluido Juanma Moreno) apoyaban a Soraya, que ahora trabaja en Cuatrecasas. Mientras los partidos fichan a profesionales independientes de las empresas, las empresas fichan a políticos quemados. La vida es una ida y una vuelta.

En ese ir y venir, unas veces les toca arriba, otras abajo y algunas se van  a… A donde buenamente pueden. No obstante, llama poderosamente la atención esa caza de brujas que ha emprendido el PSOE pedrista contra el susanismo. En esta caza, parece que Susana es como la Bruja Avería y que le ha tocado su turno. Toma nota. Vendetta descarada, en la que afines como Antonio Pradas, que tuvo un papel estelar en las refriegas de Ferraz, han sido utilizados como cabeza de turco para que sirva de ejemplo a los caminantes.

Andalucía marcó el rumbo, aquel 2 de diciembre. En el PP vimos que Pablo Casado se tuvo que entender con los sorayistas reciclados en la Junta; y en el PSOE hemos visto una sed de sangre política que se ha ensimismado después de la derrota. Pedro Sánchez culpó a Susana Díaz, mientras ella sugería que la culpa fue de Pedro, que por entonces estaba en pleno compadreo con los independentistas catalanes, cuando ella venía de un pacto con Ciudadanos, que la sostenía desde fuera, como Vox sostiene ahora al PP y Ciudadanos.

Entre los socialistas de Sevilla la que ha sido más lista para situarse en la lista es María Jesús Montero. Era consejera de Susana, se fue a Madrid como ministra con Pedro, suena para sustituir a Susana, y ha vuelto como cabeza de lista al servicio de Pedro. María Jesús enseña que la buena política es sutil, no la que irrumpe en la sede de Ferraz como si llegara con el tricornio de Tejero. Por lo menos, disimulen.

En Sevilla la tercera vía es Juan Espadas. Se le ha considerado susanista y ha sido bendecido por el pedrismo que sólo le ha retocado en su lista el número 9 para David Guevara. Espadas debe atrincherarse como juanista. En otros tiempos a los juanistas (de Don Juan de Borbón) unos les acusaban de ser de derechas y otros de ser rojos. Como a él. Los juanistas de Espadas podrán sobrevivir. Si ganan, claro.

José Joaquín León