SIEMPRE tuvo el andalucismo algo de quijotesco. Era como luchar contra los molinos de viento, sabiendo que se darían el batacazo antes o después. En la ensoñación, vivían éxitos efímeros, como los de Luis Uruñuela o Alejandro Rojas-Marcos, que al final se estrellaban contra los molinos del PSOE y del PP. Incluso Pedro Pacheco, que había montado su reino de taifas en Jerez, se estrelló contra la Justicia, y ha sido duramente castigado entre la indiferencia general. Una de las últimas supervivientes de aquel PA, en el cambio de milenio, fue Pilar González, que llegó a Sevilla desde Extremadura, como los conquistadores. Ahora se plantea en Dos Hermanas, donde reside, el reto colosal de jubilar a Francisco Toscano, que es alcalde desde 1983.

Si Toscano gana puede alcanzar los 40 años en la Alcaldía, el mismo tiempo que permaneció Francisco Franco como jefe del Estado. Ya lo sé, el caso de Toscano es diferente: para conseguirlo habría ganado 10 elecciones municipales, una detrás de otra. Es un récord de mérito, que demuestra un control del territorio impresionante. La gente dice: “Es que Dos Hermanas ha cambiado mucho en estos años”. Es natural, pues si continuara como en el 83, cuando Felipe González estaba recién aterrizado en la Moncloa, los nazarenos tendrían otro alcalde. Toscano es como la historia de España viva: ha sido alcalde con Felipe, Aznar, Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez. En este último no creía nadie, excepto Toscano y tres o cuatro más; pero lo llevó a Dos Hermanas, que es como Fátima para el PSOE, y se hizo el milagro.

Por eso, se entiende que jubilar a Toscano es quijotesco a más no poder. Es como atacar con la lanza al gigante nazareno para darte el costalazo. Pilar González surge como la última romántica del andalucismo. Lideró el PA en sus últimas boqueadas. Después fundó Primavera Andaluza, un partido testimonial, con las mismas siglas (PA), y con un nombre que lo mismo sirve para una bodeguita que para una floristería, lo mismo para un perfume que para una banda de cornetas. Se ha arrejuntado en Adelante Andalucía con los de Podemos y los de IU, por un darle un barniz andalucista, como la guinda de ese pastel indignado que busca su sitio en el mundo y no lo encuentra, al parecer.

Pilar González es una idealista en la política. Algunos de sus ex compañeros se pasaron al PSOE, otros al PP, los más se aburrieron. Pero Pilar reaparece en Dos Hermanas con una misión imposible, brutal: jubilar a Francisco Toscano. Si lo consigue, pasará a la historia y a la geografía, ella que es licenciada en esas materias.

José Joaquín León