LA cumbre mundial del turismo, la WTTC de 2019, es la locura. Sevilla ha tomado el testigo de Buenos Aires. Según las previsiones municipales aspira a obtener 1.700 millones de euros gracias al evento. Para empezar, en torno a 3,5 millones de euros en gastos directos de los 1.500 congresistas. Han colocado banderolas en las farolas, como si fuera una ópera de Tosca en el Teatro de la Maestranza. Por fin, se anuncia el momento de la llegada de Barack Obama, que viene mañana, como Pedro Sánchez. Aquí está Sevilla, al sur de Europa, cerca de África, por si no se habían enterado. Por aquí pasaron Magallanes y Elcano, cuando la vuelta al mundo. Pero ahora no van a dar la vuelta al mundo, sino que el mundo viene de vuelta a Sevilla, a descubrirla.

La gente se divide en dos: los turismófobos y los turismoadictos. Los primeros dicen que se están cargando Sevilla y la han convertido en un parque temático que nace en la Avenida y desemboca en las Setas. Los segundos dicen que hay gente muy tonta, que odia la mano que le da de comer, mientras en el resto del mundo envidian a Sevilla. En esta cumbre, ya se ha explicado, participan personas muy importantes, líderes mundiales del sector, que además van a hablar del turismo con desarrollo sostenible. Para otros, el turismo sostenible es como la cuadratura del círculo, una excusa para trincar en verde.

Hay que valorar lo mucho que se juega Juan Espadas en este evento. Entre la WTTC y la Semana Santa se juega la Alcaldía. Si sale triunfador podrá presumir de su apuesta por el turismo, en la que le acompaña Antonio Muñoz, para poner a Sevilla en el escaparate de las inversiones. Pues el turismo no consiste sólo en unos señores y señoras en zapatillas deportivas paseando por la Avenida, sino que también participan personas que mueven mucho dinero en el mundo y se alojan en el Alfonso XIII. Vienen 22 vuelos privados.

La importancia de esta cumbre es enorme. La WTCC ha sido comparada con el Mobile World Congress de Barcelona. Es una exageración, porque el congreso de Barcelona se celebra todos los años y esta cumbre viene por una vez en la vida. Acudirán artistas, como Ainhoa Arteta, que viene para cantar. Ella viene a todo, y cualquier año le concederán una medalla el 28-F, como a Pastora Soler. Pero lo mejor es que el alcalde podrá enseñar a empresarios ricos el catálogo de Horizonte Sevilla. Es como un folleto de las utopías locales, donde figuran esos espacios singulares necesitados de inversión. Con un poco de suerte, podría vender el edificio de la Gavidia para el turismo sostenible.

José Joaquín León