EL PSOE consiguió un claro triunfo que permitirá a Pedro Sánchez seguir como presidente durante cuatro años, ya que dispone de varias posibilidades para pactar. Incluso puede cambiar de socios en la legislatura. Por la otra parte, el PP cosechó el mayor fracaso de su historia. Pablo Casado se ha quedado con menos de la mitad de los escaños que tuvo Mariano Rajoy en 2016, cuando ya iba a la baja. La culpa de lo uno y de lo otro es de Vox, cuya presencia es significativa, pero no ha servido para nada. Quiero decir para nada que no sea colocar a los diputados de Vox, y para demostrar que en España no hay espacio político útil para tres partidos de centro y derecha.

El éxito del PSOE es indiscutible. Viene certificado por la alta participación, que ha rozado el 75%. Se sabe que con tantos votantes suele ganar la izquierda. Pero sólo consigue movilizar a esa parte volátil de su electorado en las grandes ocasiones. La izquierda ha ganado por el miedo a Vox. El PSOE (y también Unidas Podemos) manejaron muy bien el miedo al regreso del neofranquismo. A eso se sumó el miedo al 155 en Cataluña, por lo que un amplio sector de los independentistas votó a ERC, pero también otro sector al PSC, para frenar al PP y Cs, sus enemigos naturales.

El fracaso del PP es indiscutible. La fragmentación entre las tres opciones de PP, Ciudadanos y Vox ya se sabía que era letal. Con la ley electoral actual, la triple división es perjudicial, excepto en carambolas raras, como la de Andalucía. Otro error garrafal ha sido que el PP y Ciudadanos se han presentado casi con la misma oferta, pero por separado. Después de lo sucedido ayer, el PP y Ciudadanos están condenados a fusionarse. O al menos, a presentarse en una coalición como la de Navarra Suma. Vox tuvo un buen resultado, pero ya se ha visto que no es una alternativa de gobierno por sí mismo, porque repele a la izquierda y a gran parte del centro.

En la provincia de Sevilla se impuso el PSOE, con Cs segundo y el PP cuarto... Pero en la capital, donde a veces ha ganado el PP (recuerden los tiempos de Zoido), esta vez el PSOE  venció claramente. El PP consigue por poco el segundo lugar, peleado a Ciudadanos y Unidas Podemos, y con una notable subida de Vox. La izquierda ha conseguido en Sevilla capital casi el 50% de los votos, mientras la suma de PP, Cs y Vox se quedaba por detrás. Aunque no lejos. Dos bloques casi equilibrados.

A un artista de los pactos, como es Pedro Sánchez, le han puesto por delante varias carambolas posibles. La derecha ha retrocedido al siglo pasado, cuando el PSOE se paseaba por las urnas.

José Joaquín León