Y ahora, las elecciones municipales. Se suele decir, con razón, que los resultados de las elecciones generales no son extrapolables a los municipios. El factor personal influye mucho. Sin embargo, dan pistas, claro que sí. Permiten apreciar tendencias. Una de ellas es que en Sevilla puede pasar de todo. Lo normal sería que Juan Espadas mantenga la Alcaldía, pero también se debe añadir que los resultados son mejores para el PP de Beltrán Pérez que en otros municipios de la provincia. En la capital, aunque lejos del PSOE, el PP ha quedado segundo, mientras que en las andaluzas fue cuarto, por detrás de Adelante Andalucía y Ciudadanos. El PP ha recuperado la hegemonía del centro derecha en Sevilla, a pesar de la hecatombe. Esta vez no hubo sorpasso de Ciudadanos, aunque por poco.

Para apreciar las tendencias, de cara a las elecciones municipales, se debe hacer la valoración por bloques. El voto a Vox ha sido mortal para el centro derecha y decisivo para que ganara Pedro Sánchez. Se explicó incluso para analfabetos. Es fácil de entender: cuando se reparten menos de cinco escaños entre cinco partidos no hay para todos, y sale beneficiado el mayoritario. Pero en las municipales de Sevilla funcionaría el modelo andaluz que le dio la presidencia de la Junta a Juanma Moreno. Habría para todos, ya que se repartirían 31 concejalías entre cinco partidos. Aunque si el voto del centro derecha se aglutina en unas siglas, saldría mejor en el reparto.

Con los resultados del domingo, en la extrapolación, el voto de izquierda (PSOE y Adelante Sevilla) obtendría 16 concejalías, frente a las 15 que sumarían entre PP, Ciudadanos y Vox. El bloque de izquierda consiguió 199.999 votos (lo que supone el 48,98%), y el bloque de las derechas 193.993 votos (lo que supone el 47,52%). Significa que la diferencia está en 6.006 votos, que sólo sería un 1,46%. Son datos que podemos considerar cercanos al empate técnico entre izquierda y derecha.

Pero, conviene insistir, esos no serán los resultados de las elecciones municipales del 26 de mayo. Para empezar, es casi seguro que la participación no volverá a ser del 76,51%, sino que probablemente estará por debajo del 70%. En teoría, eso perjudicaría al PSOE, aunque lo puede compensar con otras variables, como la buena imagen de Juan Espadas entre el electorado centrista y moderado.

Es evidente que el alcalde sigue siendo el gran favorito para la reelección, pero también lo es que Sevilla capital no ha sido lo peorcito del PP en un día horrible. A Beltrán Pérez le queda ese consuelo. Aunque tampoco es para tirar cohetes.

José Joaquín León