ENTRE las campañas de las últimas elecciones municipales en Sevilla, la que ha tenido más mérito es la de Beltrán Pérez. Ya sé que el alcalde Espadas ha conseguido 13 concejales para el PSOE, frente a los 8 con los que se ha quedado el PP. Ya sé que los populares fueron los más votados en 2015, cuando el candidato fue Juan Ignacio Zoido, y que obtuvieron 12 concejales frente a los 11 de Espadas, que llegó a la Alcaldía aupado por los podemitas de Participa y por IU. Pero  recuerden de dónde venía el PP. En 2015 llegaba de gobernar con la mayoría absolutísima de los 20 concejales. Por el contrario, ahora llegaba de un desastre, de un partido al que habían destrozado en Sevilla, entre unos y otros.

Un poco de memoria histórica. En las encuestas publicadas a principios de otoño de 2018, le daban al PP 5-6 concejales, lejos de los 11 a 13 que concedían a Espadas, e incluso por debajo de los 6-7 que otorgaban a Ciudadanos (cuando no había estallado la crisis con el grupo municipal). También se anunciaba la entrada de Vox con 1-2 concejales. Estas previsiones fueron confirmadas por los resultados de las andaluzas en diciembre, en las que el PP quedó cuarto en Sevilla capital, detrás del PSOE, Adelante y Cs. Sin embargo, en las elecciones generales de abril, el PP ya fue segundo, aunque superando por poco a Adelante y a Ciudadanos.

En las elecciones municipales, el PP ha conseguido el doble de concejales que Ciudadanos (8 a 4) y el cuádruplo de concejales que Vox (8 a 2), restableciendo un claro liderazgo en el centro derecha fragmentado. Ha sido una remontada contra corriente, porque amplios sectores de la derecha sevillana se han pasado los últimos meses ninguneando a Beltrán Pérez, diciendo que era un mal candidato, y haciéndole el juego sin disimulo al PSOE y a Juan Espadas, cuando no a Vox.

Así las cosas, es meritorio el resultado de Beltrán. Sobre todo porque ha consolidado la hegemonía del PP en sus tres distritos más afines, singularmente en Los Remedios, donde se impuso con rotundidad y donde el segundo fue el PSOE de Espadas. También ganó en Nervión. Y más mérito tiene ganar en el Casco Antiguo, donde todos los partidos aparecían equilibrados, y donde el PP ya había quedado detrás de Cs en anteriores elecciones.

Beltrán Pérez se ha dedicado en la campaña a recuperar a los suyos para fidelizar. Pero le ha faltado el chorreo de votos en los barrios rojos, hacer misiones en tierra infiel, las periferias, que fueron el origen del milagro de los 20 concejales. Ciertamente, eran otros tiempos y otro partido.

José Joaquín León