UNA de las consecuencias de las elecciones municipales ha sido el paso atrás de Adelante Sevilla. Se ha comentado poco, lo que confirma que el grupo de extrema izquierda, de izquierda pura, o lo que sea, se ha quedado casi en la insignificancia, lejos de sus expectativas. En los peores momentos electorales del PP, o cuando se atascó Ciudadanos por la polémica de su grupo municipal, existían posibilidades serias de que Adelante Sevilla aspirase al segundo puesto. De modo que el principal grupo de la oposición fuera el encabezado por Susana Serrano. Finalmente, han quedado terceros, pero sólo con cuatro concejales.

El resultado es malo. Después de cuatro años de Juan Espadas en la Alcaldía, no le han restado votos por la izquierda, sino al revés. Es otro de los méritos del alcalde: con una política moderada ha frenado a los comunes. Decía Susana Serrano en la campaña que Espadas aglutinaba “el voto útil de la derecha”. Sin embargo, ha sido capaz de captar el voto útil de la izquierda. Se podría decir que el alcalde se ha llevado el voto útil, en líneas generales.

La izquierda comunista tuvo importancia en Sevilla. No hace falta irse a los tiempos de José Díaz en el PCE. Después, ya en la democracia, el PCE e IU han estado bien representados. Sabido es que Alfredo Sánchez Monteseirín formó lo que ahora se conoce como una coalición con Antonio Rodrigo Torrijos. Es decir, que IU ha gobernado en coalición con el PSOE, y se le atribuyen méritos, más verdes que rojos, en los tiempos pioneros del carril bici.

En el anterior Ayuntamiento, con Daniel González Rojas de portavoz, tenían dos concejales, junto a los tres que había conseguido Susana Serrano al frente del grupo podemita denominado Participa Sevilla. Ahora han conseguido juntos 44.546 votos, frente a los 48.110 que sumaron en 2015, pero entonces también se presentó otro grupo del sector, Ganemos, que obtuvo 13.255 votos (4,13%), y le faltó poco para entrar en el Ayuntamiento.

La sumisión de IU a Podemos en la confluencia ha sido ruinosa para aquella izquierda que procedía del PCE. Con el populismo han salido perdiendo. A Pablo Iglesias no lo quería ver Kichi en Cádiz ni en pinturas, se lo enviaron a Susana Serrano a Sevilla, para una foto, y ya ven. Las malas compañías estropean la carrera de algunos jóvenes. Susana no parece una podemita de coleta o rastas, sino una de esas muchachas que fueron comunistas y, de mayores, terminan en el PSOE.

Adelante se ha quedado atrás. Puestos a buscar acuerdos con ellos o con  Ciudadanos, Juan Espadas lo tendrá claro.

José Joaquín León