ES curioso que los 500 años de la primera vuelta al mundo coincidan con los 50 años de la llegada del hombre a la Luna. No es lo mismo, pero son dos acontecimientos históricos en los que el hombre rompió las barreras de lo desconocido, y convirtió en posible lo que parecía imposible. Aún hoy existen agoreros que cubren con dudas ambas gestas, sólo por fastidiar. Sin embargo, la grandeza de la primera circunnavegación tiene un arranque blandito en Sevilla. Como estamos en agosto, parece que empieza a medio gas. A fin de cuentas, han inventado lo que se denomina el Año Magallanes y las celebraciones se prolongarán hasta 2022. Será entonces cuando se conmemore lo más importante, que fue la llegada de los 18 supervivientes, comandados por Juan Sebastián de Elcano.

Hay muchos detalles históricos que se podrían aclarar con motivo de este evento. La expedición tuvo repercusión económica y comercial, pero también geográfica y científica en general, y asimismo militar. Los actos de hoy, en la conmemoración inicial del V Centenario, van a contar con una marcada aportación militar, con desfile y ceremonia junto a la Torre del Oro. Es bueno recordar ese carácter militar de la expedición, que buscaba afianzar las conquistas y el control de las rutas de navegación. También es bueno resaltar la hispanidad, pues Fernando de Magallanes, aunque portugués de nacimiento, iba como capitán general español, nombrado por el rey Carlos I. Entre los marinos que salieron de Sevilla no sólo había de diferentes tierras de España, también de Portugal, Italia (como Pigafetta, el narrador de la gesta), Grecia y de otras nacionalidades actuales. En ese periodo, España era un embrión de Europa y las naciones no tenían los territorios de ahora.

Los actos inicialmente previstos en Sevilla no están a la altura de las circunstancias. Organizar visitas teatralizadas o actividades en los distritos es un complemento. La llegada de la réplica de la nao Victoria para después del verano revela poca confianza en el estío sevillano. Ha faltado ambición y apostar fuerte. Abarca una temática que se pudo merecer incluso otra gran Exposición para 2022.

Todavía les queda tiempo para engrandecer el programa de actos, como pasó con el Año Murillo, que se retrasó. Aquí todos los años  históricos se celebran con retraso, quizá porque no hay una buena visión anticipada de los acontecimientos.

José Joaquín León