LOS resultados de las elecciones en Sevilla y su provincia todavía colean. Ya se ha insistido en que las extrapolaciones a la Junta de Andalucía y los ayuntamientos sólo sirven para distraer. En caso de que hubiera elecciones autonómicas (previstas para 2022) o municipales (previstas para 2023), fíjense todo lo que puede ocurrir. La gente vota diferente de un mes para otro, lo mismo en Coria del Río que en Badolatosa que en Sevilla. Sin embargo, los políticos son como son. Después del 10-N, ya están haciendo todo lo posible para que rueden cabezas. En el PSOE y en Ciudadanos, pero también en el PP y en Unidas Podemos.

En el PSOE ha aparecido Susana Díaz elogiando su trabajo. Han conseguido 25 escaños en Andalucía, cuando en abril obtuvieron 24. Sin embargo, el adalid de la causa de Pedro Sánchez, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, recordó que el trifachito ha conseguido más votos en Andalucía que la suma de la izquierda. Y que es más fachito que antes, con el auge de Vox. Así que el escaño de más no se lo deben endosar a los méritos de Susana, sino a los de Víctor d’ Hondt, que fue el inventor del sistema. Por el contrario, en Sevilla están diciendo que con Juan Espadas les fue mejor que ahora con María Jesús Montero.

En Ciudadanos apenas dicen nada, porque están en pleno duelo fúnebre. Lo peor no es que le queden 10 escaños en toda España, sino los 10 parlamentarios que han sido elegidos. Entre los que no están muchos de sus jefes, ni algunos tan criticados como Fran Hervías o Virginia Salmerón. La repercusión en Sevilla dependerá de lo que ocurra en el congreso, de quién sea el nuevo líder y de la capacidad de resistencia del clan de la manzanilla de Sanlúcar, municipio donde ganó el PSOE, fue segundo Vox y Ciudadanos quedó en quinto lugar.

En el PP deben reflexionar sobre lo que ha pasado. En Sevilla capital han resistido, incluso mejor que en las elecciones anteriores, y han evitado que Vox los supere, como en la provincia. Beltrán Pérez suspira con alivio. Por el contrario, los enemigos de la presidenta provincial, Virginia Pérez, se están frotando las manos. En realidad, el único que debería estar contento es José Luis Sanz, que ha vuelto a ganar en Tomares y ha sido elegido senador.

En Unidas-Podemos están esperando el reparto, después de obtener peores resultados. Mientras los más malos se ríen, pensando en lo que le ha ocurrido a Esperanza Gómez, por seguirle el rollito a Íñigo Errejón. Perdió el cargo de senadora. Pero pronto habrá nuevo sorteo y a lo mejor le toca algo. Ya lo dice el anuncio del Gordo: Unidos... por un décimo.

José Joaquín León