A la gente le ha dado en Sevilla por hablar de Cataluña, cuando en Barcelona no se habla para nada de Andalucía. Es lo que antes se denominaba un coñazo, por decirlo claro. Parece como si todo el mundo en general tuviera el doctorado en derecho para opinar con renglones torcidos. Se dice que la Justicia Europea le ha marcado un gol a España, cuando fue el Tribunal Supremo español quien le dio el pase de la muerte, por consultarlo, fastidiando al Tribunal Constitucional, que se ha quedado en fuera de juego. Cuando Pedro Pacheco dijo aquello de que “la Justicia es un cachondeo” fue mucho antes de ver a Puigdemont ejerciendo como fugado y como europarlamentario en Bruselas, con esa sonrisita de conejo. Y esas cosas catalanas tan preocupantes distraen de otras más cercanas.

En Sevilla predomina la resignación. Si se defendiera lo propio, como hacen los catalanes indepes, quizá no la tomarían por el pito del sereno. Sevilla fue un buen feudo para el PSOE de Pedro Sánchez. Susana Díaz presumió, por haber ganado un escaño más que en abril, mientras Alfonso Rodríguez Gómez de Celis le replicó que la derecha había sumado más votos que la izquierda en Andalucía. Y más que sumará, porque Pedro Sánchez parece el jefe de campaña de Vox. A Pedro se le fue Borrell, que era catalán, para la diplomacia europea. Y ya han visto la diplomacia: que se aplique la sentencia. Pero no sólo a Junqueras, también a Puigdemont.

Se hablaba del clásico entre el Barcelona y el Real Madrid. El 28 de enero de 1962, en las vísperas de un partido entre el Betis y el Sevilla, escribió Joaquín Romero Murube un artículo en ABC que recientemente fue republicado, con motivo del cincuentenario de su muerte. El escritor recordaba que esos partidos de rivalidad despistan, y se olvidan los problemas sevillanos: “Pero, ¿y los ríos desbordados? ¿Y el problema municipal de los sin casa? ¿Y los planes de ordenación urbana? ¿Y la Feria de Muestras? ¿Y el llanto por nuestras tradiciones catedralicias desaparecidas? ¿Y el dragado del Guadalquivir? ¿Y la incógnita del canal? ¿Y...? El articulista tiene siempre algo de tonto”.

Lo más curioso es que algunos problemas tontos sevillanos, de los que escribió Romero Murube hace casi 58 años, aún no se han resuelto. Pues sí, como dijo el poeta, parecemos tontos, mientras Puigdemont se mofa de la Justicia española y va de listo. Porque dentro de medio siglo, en Sevilla, hablarán de los túneles y los puentes, de las líneas del Metro… Y del dragado, no se olviden del dragado, que ya era noticia en los tiempos de Magallanes.

José Joaquín León