LAS medidas económicas y laborales aprobadas ayer por el Gobierno de Pedro Sánchez intentarán minimizar los otros daños causados por el coronavirus. Ahora lo principal es frenar la pandemia; pero en Andalucía, en general, y en Sevilla, en particular, no podemos perder de vista que será ruinosa. Las dificultades y los nuevos cambios sociales que originará el coronavirus pueden destrozar a la economía sevillana y han llegado en el peor momento. En otras regiones y ciudades de España, como Madrid, tendrán alternativas, por la diversificación de sus actividades económicas. En Sevilla afectará de lleno al turismo, y de rebote a la industria aeronáutica, por lo que puede hundir la economía local.

La pandemia del coronavirus ha acabado con la Semana Santa y la Feria. Aunque la Feria se traslade a la segunda quincena de septiembre, no será igual. La suspensión de las procesiones de Semana Santa es motivo de tristeza para los cofrades, y es motivo de ruina para la ciudad. Queda un agujero negro en el turismo, que será irrecuperable, al que se sumará la suspensión de la Feria en sus fechas normales. El presidente de los hoteleros, Manuel Cormax, ha apuntado en diversas ocasiones que las fiestas de primavera suponen en torno al 35% de los ingresos anuales. Para la hostelería ocurre lo mismo, o incluso más, según la ubicación del negocio.

El delegado municipal de Turismo, Antonio Muñoz, ya dijo que será necesario organizar una campaña de promoción turística cuando se recupere la normalidad y haya más sosiego internacional. La crisis coincide con importantes proyectos hoteleros en marcha. Afectará incluso a los pisos turísticos, que no sólo pertenecen a empresas, sino también a particulares que han invertido en esa actividad.

En la China de Xi Jinping, donde empezó la enfermedad del coronavirus, están evaluando las consecuencias económicas. Pueden tardar muchos meses, quizás años, en recuperar la normalidad y la confianza. La crisis será letal para el turismo sevillano y no se sabe hasta cuándo puede durar. En los próximos meses, vendrán menos asiáticos y menos extranjeros en general.

También afectará a Airbus y la industria aeronáutica, que en Sevilla tiene un peso importante. Alcanzará a miles de trabajadores, incluidas las industrias auxiliares, y a los servicios dependientes, y habrá menos ingresos para el consumo interno.

No se trata de ser agoreros, ni apocalípticos, pero recuerden que la peste de 1649 y otras epidemias fueron desastrosas para Sevilla en siglos pasados.

José Joaquín León