TODO el mundo está esperando a ver quién descubre la vacuna del coronavirus. El país que la consiga se va a forrar. Donald Trump ha intentado fichar a unos investigadores alemanes que estaban desarrollando un proyecto, pero Ángela Merkel ha nacionalizado a sus científicos. Sin embargo, en China van por delante. Allí empezó y allí se va acabar. Es la orden que ha dado Xi Jinping. En China hay médicos e investigadores trabajando las 24 horas del día, desde hace dos meses, para encontrar una vacuna efectiva. El Ministerio de Defensa chino ha informado que ya tienen una vacuna que parece eficaz y que empezarán las pruebas con seres humanos, tras testarla con animales. Allí se testa lo que haga falta. Tienen nueve proyectos, por si acaso.

Así las cosas, en España también hay investigaciones en marcha. Pero esto es como una guerra fría de las de antes, sólo que ya no compiten entre los EEUU capitalistas y la URSS de los comunistas soviéticos, sino que ahora luchan entre los EEUU de Trump y la China que tiene un país y dos sistemas (el comunista para la política y el capitalista para todo lo demás), de modo que se hace lo que dice el Gobierno y eso es lo que hay. Si se fijan es lo que está pasando en España.

A Pedro Sánchez se le está poniendo la cara de Xi Jinping (pero sin mascarilla, que el chino usa hasta para dormir) y toda la oposición le hace la ola en el Congreso. Sólo le ha llevado la contraria Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, aunque tiene a sus dos jefes con coronavirus, y ha pedido la dimisión de Carmen Calvo y Pablo Iglesias; y también le ha llevado la contraria Gabriel Rufián, de ERC, que es su socio, pero que quiere gestionar el coronavirus en Cataluña para que no haya dudas: confinarse con fronteras propias.

Mientras que en España van a crear un comité sanitario para evaluar lo que hicieron mal (tendrá mucho trabajo), en China ya van por el momento vacuna y advierten que la podrán producir en amplias cantidades. O sea, que habrá negocio. No será tanta ruina como decían al principio. La ruina se trasladará a otros países.

Los chinos están atemorizados con nuestras medidas. En Sevilla salieron chinos a las puertas de sus bazares para regalar mascarillas, ya que aquí no hay suficientes. Hasta el Gobierno de la nación se las manga a la Junta de Andalucía. Un chino sin mascarilla, en estos días, es más raro que una Cuaresma sin pregones. Sevilla rima con mascarilla. Téngase en cuenta para el futuro de las artes poéticas.

Hoy es San José, día del Padre. No hay manifestaciones ni misas. Faltan 17 días.

José Joaquín León