EL estado de alarma será prorrogado durante dos semanas más, hasta el 12 de abril. Significa que la gente permanecerá encerrada en sus casas como mínimo durante cuatro semanas, y que el periodo de exilio interior (pues de eso se trata) incluye toda la Semana Santa. Conviene no confundirse con las disposiciones del Vaticano, que hizo públicas el cardenal guineano Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino. La Semana Santa se celebra en Semana Santa. Esto es muy importante. Es decir, que el 5 de abril se celebran las misas del Domingo de Ramos, el 9 de abril los oficios del Jueves Santo, el 10 de abril los del Viernes Santo, el 11 de abril las vigilias pascuales y el 12 de abril las misas de Resurrección. ¿Fin del confinamiento ese día? No se sabe. Todo depende.

Estaba clarísimo que el encierro duraría toda la Semana Santa. Por motivos sanitarios, pero también estratégicos. Después de suspender las procesiones en Sevilla, en Andalucía, en España y en gran parte de la Humanidad hubiera sido muy fuerte que la gente paseara por las calles esos días para no ver nada. Aparte de que también hay personas que no son capillitas, ni devotos, ni les gusta eso, pero aprovechan la Semana Santa para viajar a donde se les apetece, a su segunda residencia, a hoteles, a las playas, al monte, o lo que sea. Este año Fitur ha servido para poco.

En estos días de confinamiento, en Sevilla cumplimos el precepto dominical por streaming. La Macarena tuvo el buen gusto de subir a Youtube y a Facebook su septenario y su función en directo. Así hemos podido verlo, con el padre Antonio Mellet adaptándose a las circunstancias. Igual hacen el Consejo, el Gran Poder y otras hermandades y parroquias. Para Semana Santa supongo que se tendrá en cuenta la vigencia de los cultos. Y que podremos ver los Oficios desde nuestra mesa camilla.

Es trágico, y hasta un poco cómico. No me imagino la procesión de las palmas el Domingo de Ramos haciendo estación en el balcón y en la cocina de nuestras casas. Es otro detalle lamentable. Nos vamos a quedar sin palmas y sin olivos ese día. No sólo sin ponernos en la cola de la Amargura, del Amor o de la Estrella para ver los pasos, sino sin olivo bendito, porque no lo pueden enviar a casa por streaming.

Como esos días de Semana Santa vamos a estar confinados, veremos las procesiones del año pasado. Cada cual lo gestionará a su modo. Siempre teniendo en cuenta que en Semana Santa será Semana Santa, por lo que no corresponderá jugar al parchís, a la play, ni tocar las cacerolas. Y en la Madrugada, que nadie se duerma.

José Joaquín León