TIENE guasa que en este Jueves Santo, en Sevilla, esté todo el mundo pendiente del coronavirus. Pero ¿qué le vamos a hacer? Ahora la discusión se centra en si hay más muertos o menos, cuando en las cifras oficiales ya vamos por 14.555 en España. En esta pandemia, el mayor problema es que la ignorancia está en el poder. No supieron qué hacer, adoptaron decisiones equivocadas y siguen dando palos de ciegos. Ayer, la directora adjunta de Emergencias, María José Sierra, dijo que no sabe si las medidas se levantarán en unas autonomías antes que en otras. O en plan de todos por igual, valientes, a ésta es. El Gobierno hizo un seguidismo de varios errores gordos de la Organización Mundial de la Salud, en vez de apostar por auténticos expertos y fijarse en China, que va dos meses y medio por delante en el coronavirus.

O fijarse en lo que ha pasado en el Véneto italiano. Lo ha explicado Sergio Romagnani, profesor emérito de la Universidad de Florencia, considerado una eminencia en inmunología y medicina interna. En una entrevista que publicó El Confidencial, recuerda que en Italia la enfermedad no ha castigado del mismo modo en las regiones. Hay miles de muertos en Lombardía, donde están Milán y Bérgamo, pero no en el Véneto. Allí empezó igual, hasta que lo frenaron a tiempo. En Madrid siguieron el modelo de Lombardía, un desastre, y se propagó con miles de muertos.

Romagnani afirma que en el Véneto no hicieron caso a la OMS, que ha informado mal y a destiempo, porque allí no mandan científicos ni especialistas, sino burócratas apoltronados. La OMS primero negó la pandemia, después dijeron que no hacían falta mascarillas y otras paridas así. Cuando los médicos chinos llegaron a Lombardía y vieron lo que estaban haciendo los sanitarios (sin medios, sin protección y a lo loco, como en Madrid) no se lo creían.

La entrevista es para leerla. Entre las conclusiones básicas destaca que los enfermos sin síntomas son el origen de muchas muertes en Italia y España. En las residencias de mayores el virus entró a través de personal asintomático. Otra conclusión es que las grandes concentraciones de virus (hospitales, residencias) lo hacen más fuerte y letal. Algunos hospitales, con sanitarios enfermos, han sido un foco terrible de contagios. Una medida básica era la coreana: detectar enfermos asintomáticos (en su mayoría, jóvenes) y aislarlos. Donde no se hizo así, el coronavirus ha volado.

Cuando se actúa a ciegas, con ignorancia y con prepotencia en el poder, pasa lo que ha pasado en España. Sólo nos queda rezar al Gran Poder, que es el verdadero.

José Joaquín León