EN esta pandemia del coronavirus, los hospitales sevillanos se encuentran entre los que mejor funcionan de España. Es un detalle a tener muy en cuenta. Eso no significa que sea un oasis maravilloso, ni que todo resulte perfecto. Han pasado muchas dificultades por la falta de medios y de material de protección, y por la presión que han sufrido en algunos momentos. El trabajo de los médicos, enfermeros y demás personal sanitario ha sido ejemplar. También han recogido los frutos de los trabajos anteriores y de la mayor previsión de la Junta de Andalucía, si se compara con otras comunidades. Con el plan 9.000 y el plan 15.000, han ido por delante, a diferencia de otros que iban (y van) por detrás.

El hospital Virgen del Rocío es el único de Andalucía que suele aparecer entre los 10 primeros en el informe de Análisis e Investigación avalado por la Organización Médica Colegial y el Consejo General de Enfermería. En esa lista, además del hospital sevillano, hay seis de Madrid y tres de Barcelona, todos los cuales se han visto desbordado por la proliferación de casos y el colapso de las UCI en esas ciudades. En ese ranking también aparecía otro sevillano entre los 15 primeros: el Hospital Universitario Virgen Macarena.

Con 178 muertos en la provincia de Sevilla, no es para tirar cohetes, pero sí para compararlo con otras. En Madrid han fallecido 6.568 personas. Puede que la ubicación geográfica haya influido en que Andalucía y Sevilla sufran con menos dureza la pandemia. Aquí, como en otras comunidades, se ha cebado con las residencias de mayores (no todas); y en los hospitales han pasado por muchas dificultades e incertidumbre, sin llegar al caos de Madrid.

Es una pena que en España todo se valora según el partido que gobierna. Por ejemplo, si el ministro de Sanidad, Salvador Illa, fuera miembro del PP, y el consejero de Sanidad, Jesús Aguirre, del PSOE, ¿qué dirían en la caverna política de Platón? Quizá, más que el partido, influye que Illa se licenció en Filosofía y ha sido profesor de instituto, mientras que Aguirre se doctoró en Medicina y ha sido vicepresidente de los médicos colegiados españoles. Ya se ha explicado que este Gobierno de Pedro y Pablo se formó para practicar la nueva política, no para gestionar una pandemia. De ahí lo que pasa.

En Sevilla, a pesar de las estadísticas, las han pasado canutas y hay que mejorar los hospitales. Nunca se sabe lo que puede ocurrir, ni si aparecerá otro coronavirus. Puede que vuelvan a abrir el Hospital Militar antes de 2023. A partir de ahora, invertir en la salud pública es prioritario.

José Joaquín León