LA Feria no es como la Semana Santa. Entre otras cuestiones, porque no hay cofradías. Es cierto que 30 hermandades y varios grupos de hermanos tienen casetas, pero no es lo mismo a la hora de montar una Feria virtual. En Semana Santa, algunas cofradías recrearon sus recorridos de otros años. “A esta hora estaríamos entrando en Campana” y te ponían un vídeo o unas fotos. “A esta hora nuestro paso de palio estaría saliendo por la Puerta de los Palos” y te subían otro vídeo. Para las casetas se podría hacer eso: “A esta hora estaríamos en el pescaíto”. Y subir un vídeo a Youtube. Pero un vídeo de la calle del Infierno sin el niño en los cacharritos, y con el cuñado Pepe simulando el infernal ruido de la atracción, es patético. Y no digamos si imitas al Circo Sensaciones. Para eso es mejor ver a Illa en una rueda de prensa del Mando Único.

La Feria virtual será triste. La Semana Santa también, pero se podía añadir aquello de “las hermandades son mucho más que la estación de penitencia”. La Feria es lo que es. Hoy, para la noche del pescaíto, afamadas freidurías, bares y tabernas lo ofrecen a domicilio. El fino o la manzanilla lo venden en el supermercado más próximo. Puedes iluminar una portada en la terraza. Este año, el delegado, Juan Carlos Cabrera, estará más tranquilo. Cada sevillano podrá encender su alumbrado casero, por lo que va a resultar de lo más democrático. A los amigos (y enemigos) de la caseta los puedes reunir por videoconferencia para verlos como si estuvieras en la calle Juan Belmonte o Joselito el Gallo. Y bailar sevillanas, cada cual en su domicilio. Vestidos para la ocasión, se entiende, no debería ser en pijama.

Recrear la caseta en casa. Siempre se dijo que algunos ofrecen su casa en la caseta. Sobre esa hospitalidad se ha filosofado bastante. Hasta ahí es posible. Pero quedarán pendientes otras dificultades...

¿Y el paseo de caballistas? Sólo se podría intentar con un caballo de cartón cuando salgas a pasear con los niños. Los que vivan en Los Remedios, a menos de un kilómetro del Real, lo tienen más fácil. Se pueden ir con los niños a cuestas y hacerse la ilusión. Al trote. Más factible parecía la recreación de la temporada taurina. Ver las corridas con Aguado, Morante, Roca Rey, Manzanares o quien sea. Pero no ha sido posible por los derechos de imagen.

En esta Feria del coronavirus, nada sale al derecho. Han suprimido el miércoles festivo, y el puente del 1 de mayo no hará las delicias de los hoteles de lujo. No van a venir los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, ni los reyes de copas. Tampoco está la cosa para tirar cohetes, y el alcalde Espadas se los va a ahorrar. La Feria sin Feria será la más sosa de la historia.

José Joaquín León