LA fiesta local sevillana del Corpus se ha convertido en un problema para Andalucía. Han pasado las ocho provincias a la fase 3. ¿Y ahora qué hace la Junta? ¿Lo contrario de lo que pedían, o arriesgarse a un éxodo masivo? Lo más lógico es abrir la puerta, porque el coronavirus está de recogida. Viene un puente de plata. Pero no de plata como la Custodia de Juan de Arfe, sino de plata para largarse. Es archiconocida la frase: “Al enemigo que huye, puente de plata”. Se atribuye al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, si bien es más popular por estar reproducida en el Quijote cervantino. En el Corpus de 2020, el puente de plata no es para que huya el enemigo, sino el sevillano. Y esas fugas llegarán después de las amenazas de Juanma Moreno: si no hay café para todos en la fase 3, no habrá movilidad entre provincias.

Como Málaga y Granada han pasado, ahora la pelota está en el tejado de la Junta, que debe pedir la movilidad interprovincial para que lo confirme Salvador Illa. Sería absurdo que castiguen a los sevillanos sin ir a las playas en el puente del Corpus. Y perjudicar a la hostelería de las costas vecinas, que están deseando abrir ya esos bares de Chipiona y Matalascañas que permanecen cerrados. A la espera de que los llenen quienes siempre los llenan, los confinados en la provincia limítrofe.

El sadomasoquismo del Gobierno no puede encontrar prolongación en la cogobernanza asimétrica. La Junta pedía libertad de movimientos, como en las tres provincias vascas. El puente de plata va a tener una perjudicada indirecta: la hostelería de Sevilla capital. Incluso antes de saber que toda Andalucía pasará el lunes a la fase 3, muchos sevillanos capitalinos han reservado casas rurales en la Sierra Norte y en otros lugares de la provincia; o aprovecharán para irse a sus residencias del Aljarafe. O sea, a residencias que en verano nunca son las segundas, sino las primeras.

Con lo cual vemos que mantener el puente del Corpus puede tener ese efecto boomerang para Sevilla: venir dos, mientras se van cinco. Juan Espadas lo mantuvo con buena voluntad, cuando no se sabía nada de la cogobernanza, ni de las fases, ni de las provincias limítrofes. Pero, en la realidad, no servirá para que los sevillanos celebren las fiestas del Corpus. Por el contrario, servirá para que los sevillanos huyan en puente de plata. Puente de salida: a donde sea, a donde puedan...

Eso sí, el puente comenzará en la intimidad de la Catedral. Y, por la noche, un Sevilla-Betis con las gradas vacías. En otros tiempos, organizaban una corrida de toros. Todo lo que parecía sólido hoy no existe.

José Joaquín León