AL nuevo alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, se le debe reconocer que ha empezado con ganas. O será que Juan Espadas, en los últimos meses, funcionaba al ralentí, asumiendo que sus votos están ahora en las ocho provincias andaluzas y no sólo en la capital sevillana. El alcalde Muñoz se ha venido arriba en Fitur, no en vano el turismo es una de sus especialidades. En el mes de enero, en plena cuesta, con todo subiendo (desde el contagio de ómicron al precio de la luz o el gas) es muy propio de los alcaldes que se dediquen a fiturear, a la espera de gripalizar la pandemia y de optimizar las potencialidades locales. Ahora los políticos hablan como si estuviéramos descubriendo América de nuevo, a base de perogrulladas bien vestidas.

En eso el alcalde Muñoz progresa adecuadamente, llegaba con una buena experiencia. En Madrid participó en un mano a mano con otro alcalde, el local, José Luis Martínez Almeida, al que un concejal podemita de Zaragoza, Alberto Cubero, había llamado carapolla esa misma mañana. Yo no sé lo que hubiera pasado si un concejal del PP llama caracoño a una alcaldesa de Podemos, pero supongo que el tratamiento mediático hubiera alcanzado más recorrido en la televisión y en toda la parafernalia que decide los trending topics y otras memeces. En este país hay dos varas de medir: la intensiva y la extensiva.

El alcalde Muñoz, en el mano a mano con Almeida, en la previa de Fitur, no dijo nada de que Djokovic venga a Sevilla en plan turista vip, como Barack Obama, pero dejó algunas frases pintorescas. Lo que más me llama la atención, y ha saltado a los titulares, es la economía del visitante. ¿Es un nuevo concepto, o es lo mismo de siempre dicho de otro modo? Al parecer, la economía del visitante no aspira a desplumarlos para que gasten en plan turistas de cinco estrellas GL, y nada de mochileo. La economía del visitante pasa por diversificar los recorridos y prolongar las estancias. La economía del visitante “implica el desarrollo económico, pero también trata de asegurar el mayor retorno social posible”, según dijo el alcalde, con ese lenguaje que se suele utilizar en Fitur y ciertos foros derivados, en parte organizados para fomentar el comercio y el bebercio.

El turismo va a dar mucho que hablar en los próximos meses. Yo le propondría al alcalde que invite a Sevilla, para un congreso, a Greta Thunberg, aunque sea poco partidaria de las conexiones aéreas. Tampoco sé si está vacunada, pero en este país no es obligatorio. Greta le aportaría mucho retorno social y mediático, que es lo mejor para la economía del visitante.

José Joaquín León