EL Senado está de moda. Allí es donde debaten los hombres y las mujeres de moda, que diría Juanma Moreno. El mismo martes en que debatieron Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo por vez primera, hubo otro debate a la sevillana, a cuento del IVA de las sillas de la carrera oficial. Protagonizado por María Jesús Montero y José Luis Sanz. Mientras en el Congreso de los Diputados discutían por la prostitución, en el Senado la cosa estaba más elevada. El Congreso de los Diputados ha perdido interés. Hasta Macarena Olona se irá del Congreso, donde se ha labrado una fama de azotadora que ella está exhibiendo de Despeñaperros abajo, en ese lugar aún llamado Andalucía, nuestra nacionalidad histórica.

Resultó curiosa la pelea por el IVA de las sillas, entre el senador y candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, versus la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Por momentos, pareció lo que pudo ser y no fue: un pleno del Ayuntamiento de Sevilla. Tuvo su puntito indígena y barriobajero, como si fuera una pelea por las sillitas de los chinos que obstaculizan las esquinas “y de aquí no me muevo, porque no me da la gana”. Tuvo ese puntito porque los dos entraron en ese choque de “la culpa es tuya y de los tuyos”, que caracteriza a las reyertas de familias.

Se trataba de discernir quién tiene la culpa de que le quieran hacer la puñeta a los abonados de las sillas y palcos de la carrera oficial de Sevilla y del resto de Andalucía, e incluso de otras nacionalidades y regiones de España con procesiones. María Jesús Montero dijo que la culpa del IVA de las sillas es del PP, porque se implantó cuando estaba Aznar en el Gobierno; y porque se volvió a plantear en 2016, cuando estaba Rajoy en la Moncloa. Pero no recordó que se había eliminado en 2002, gracias a una mediación de Javier Arenas, cuando gobernaba el citado Aznar. Y que cuando lo han recurrido en 2022 gobernaba su compañero Pedro Sánchez, apoyado por los de Frankenstein, que no son capillitas. Ha sido Hacienda, cuya titular es María Jesús Montero, la que ha presentado un recurso, en vez de acatar la resolución para que no casquen el IVA.

En Semana Santa, nos encontramos a ministras como María Jesús Montero y Pilar Llop, que se pasean y ven las procesiones, lo que me parece estupendo y de normalidad democrática y religiosa. Pero tirar la piedra y esconder la mano queda feo. Para evitar que el IVA de las sillas vuelva a ser cobrado en los próximos años hace falta seguridad jurídica, que ahora no existe. Hace falta un pacto de Estado ya, y dejarse de cuentos y peleas electoralistas.

José Joaquín León