SIEMPRE que ocurre una catástrofe aumentan las precauciones para prevenir otra parecida. Es lo que sucedió tras el incendio en la discoteca de Murcia, en el que murieron 13 personas. Un suceso horrible, plagado de negligencias. Suponiendo que sean negligencias, que eso se deberá dirimir en los juzgados. Aún no se sabe por qué no cumplieron la orden de cierre del local. El Ayuntamiento de Sevilla, viendo lo que ocurrió en el Ayuntamiento de Murcia, anunció una operación de control del ocio nocturno, con vistas a Halloween. Porque Halloween ya estaba en el punto de mira.

Y ahora han aprovechado la alerta antiterrorista por el yihadismo islamista (los judíos no asesinan en Europa) para prohibir las fiestas de Halloween que iba a organizar el propio Ayuntamiento, mediante concesión de su delegación de Juventud. Por cierto, la excusa de la seguridad es la misma que utilizaron en el franquismo para prohibir el Carnaval en los años de la posguerra civil. Este país cada vez se parece más al de la memoria histórica. El odio a Israel de Sumar es como la conspiración judeo masónica del franquismo.

Pero estábamos con Halloween, no con los judíos. Se supone que el equipo de gobierno de José Luis Sanz controlará las discotecas, las salas de fiesta y bares con música, especialmente los que tengan antecedentes de irregularidades, para comprobar que las han subsanado. Se anunció que en las batidas que pondrán en marcha en Sevilla para la gran noche van a actuar inspectores de Policía, control ambiental y urbanismo. Y van a intervenir los servicios del Cecop, la Policía Local, Bomberos, Protección Ambiental, Inspección Urbanística y Juventud, entre otros.

El dispositivo de lo que se podría denominar Operación Halloween parece un zafarrancho de combate. Va a ser el primer gran reto de José Luis Sanz como alcalde en la gestión de eventos peligrosos. En el control de fiestas, el anterior equipo de gobierno municipal del PSOE funcionó bien, incluso muy bien, tanto en los últimos tiempos de Juan Espadas como después con Antonio Muñoz. Sanz no se puede permitir errores, porque es un asunto delicado y de amplia repercusión pública.

Para controlar bien el ocio nocturno, para evitar que ocurran incidentes en Halloween (fiesta propicia al colocón y la ceguera de los zombis), no sólo deben poner el foco en los locales de ocio nocturno. Hay que fijarse en las fiestas organizadas al libre albedrío de los convocantes. Toda prevención será poca. Sin alarmismos, pero sin ignorar la realidad. Hace falta seguridad en los locales y también en las calles.

José Joaquín León