A propósito de los Grammy Latinos, que en estos días tienen alborotada a Sevilla, se pasa por alto lo más curioso. ¿Por qué se llaman latinos si quieren decir español? Y todavía más pintoresco es llamarlos aquí Latin Grammy, en inglés, que no es una lengua latina. Estos latinos no son como Cicerón o Virgilio, sino que en América latina la lengua que mayormente se habla y se canta es el español, que llevaron los conquistadores desde los tiempos de Cristóbal Colón. También llegó el portugués, la lengua oficial de Brasil. Y se habla el francés en algún país, como Haití, o Canadá, más al norte, pero menos que el inglés, que no es un idioma latin. El español es entendido por una parte de la población de EEUU, de origen latino (o sea, hispano). Y con esto quiero decir que al final la gente habla y canta como le da la gana. Por eso, imponer las lenguas desde los gobiernos es una estupidez. Se imponen solas.

El español se habla mucho en América, desde el Sur hasta el Norte y por el Centro. El español es el idioma que entienden los americanos que cantan las canciones de los Grammy Latinos. Hoy en día, Rosalía, que nació en San Cugat del Vallés (provincia de Barcelona), es una catalana que canta en español y es entendida en casi toda América, mientras hablan lenguas vernáculas en el Congreso de los Diputados para dar el cante sin necesidad. Con eso, vuelvo a decir que imponer las lenguas desde los gobiernos es una estupidez.

También se puede citar el caso de Shakira, que es colombiana, canta en español, y tiene sus más y sus menos con el Fisco. Shakira ya no es la pareja de Gerard Piqué, que era el blanco de la catalanofobia, para los que tiraban por ahí. Gerard Piqué nació en Barcelona, y fue uno de los 11 jugadores titulares que ganaron la Copa del Mundo para España en Sudáfrica 2011, donde Shakira cantó. Piqué puede hablar en español, en catalán, e incluso en inglés. Pero no es un cantante latino, ni formó dúos con Shakira, como Karol G. Ahora los cantantes montan dúos para ganar premios Grammy Latinos. O para vender discos, como se decía en el siglo pasado, cuando no había Spotify ni Youtube.

Los Grammy se llaman latinos, y se cambian el nombre, como Lola Índigo, que no se llama Lola, ni se apellida Índigo. Camuflarse es normal. Alaska tampoco se llama así, sino María del Olvido Gara Jova, y no nació en Alaska, sino en México, donde también hablan y cantan en español. Con lo cual se ve que los nombres latinos se pueden cambiar, y los gobiernos no digamos, pero las lenguas van a su aire.

Son unos premios fantásticos.

José Joaquín León