SEVILLA se parece a Roma. Y Triana al Trastévere. Eso ya se sabía y lo he repetido en varias ocasiones. Sabemos que si algo pasa en Roma, aquí se mira con lupa. Y que hay algunos más papistas que el Papa, de tanto pontificar. En estos días, está siendo comentado que León XIV se ha ido de vacaciones a Castel Gandolfo. Era la costumbre de los papas, hasta que llegó Francisco y prefirió quedarse en su apartamento de Santa Marta, en el Vaticano. Aunque Castel Gandolfo está cerca de Roma, es como su Aljarafe para el recreo de verano. A los amantes de las tradiciones no les gustó que Francisco no veranease como los demás papas, y dijeron otra vez que era peronista, y que no tenía una mentalidad papal, si acaso de párroco periférico. A los papas los critican incluso con fuego amigo, incluso citando Fratelli tutti.
Por consiguiente, que León XIV esté ya en Castel Gandolfo, disfrutando de sus vacaciones, ha sido elogiado y criticado, según. Unos dicen que sólo lleva dos meses como Papa y ya se ha ido de vacaciones. Aunque, de momento, no se ha mostrado como un papa viajero, y no atendió la invitación de Pedro Sánchez para venir a Sevilla con motivo de la Cumbre de la ONU. En eso acertó León XIV, todo hay que decirlo. Pues sufrimos una ola de calor. Y, además, eran los días de la coronación canónica de la Virgen del Rocío. La de Santiago, no la de Almonte.
A Santiago (la de Compostela) es probable que viaje en algún momento el papa León XIV. El cristiano peregrino recorre ese camino, que es una gran huella de la Europa católica. De momento, ha viajado a Castel Gandolfo, que era el lugar de veraneo de los papas, antes de que Francisco convirtiera el palacio que allí tienen en un museo. Pero que nadie piense que León XIV se ha ausentado de Roma para bañarse en una piscina y jugar al tenis. Se ha ido allí (y lo ha explicado) para redactar su primera encíclica y madurar los primeros nombramientos en la curia. Pues había prorrogado los cargos, pero no para siempre.
El Papa, al volver a Castel Gandolfo, para armonizar el trabajo y el descanso, ha dado un ejemplo a seguir por las autoridades y próceres de Sevilla. También vosotros podéis iros. No a Castel Gandolfo, ni a vuestras casas, sino a los retiros de verano, a las costas de Huelva, Cádiz y Málaga. O a los chalés del Aljarafe. O incluso a Doñana, que es el Castel Gandolfo de los presidentes y los linces. Meditar en las vacaciones es sano, aporta nuevas ideas y energías regeneradoras, ayuda a ver la vida con prudencia y serenidad. Después llegarán los cambios. No tengáis miedo.
José Joaquín León