LA mayor habilidad de Pedro Sánchez es que va prometiendo deseos que no cumplirá a sus socios y los tiene a su servicio. Es como el genio de Aladino, pero dando coba. Apunto también que esto de la financiación singular para Cataluña en la España plural es un juego de palabras. Se parece a un truco de trileros. Han puesto una mesa en Barcelona para simular una negociación, y les ha escondido la bolita. La trianera María Jesús Montero no asistió a la reunión, como si ella no fuera la ministra de Hacienda. ¿Para qué viajar en AVE? Cuando Pedro Sánchez mueve la bolita puede aparecer en el bolsillo de alguien, él nunca sabe nada, y después pide perdón, y si he viajado contigo no me acuerdo.

El entusiasmo de María Jesús Montero por la causa que defiende es admirable. Dice que Andalucía va a salir beneficiada de este juego de los trileros, y se queda tan pancha. En este momento, más que María Jesús la que salió de Triana y se fue a la Moncloa, se parece más a Alicia en el país de las maravillas. Otro cuento, como el de Aladino. Pues todavía no ha explicado cómo podemos tener más si se repartiera menos. Es la negación de las matemáticas. Y, si promete que van a poner más dinero encima de la mesa de los triles, también debería explicar de donde sale. Pues pudiera salir de freír a impuestos a los ricos. Y ya se sabe que en este país a los pobres los consideran ricos.

En la financiación singular progresista concederían nuevos privilegios a los ricos en detrimento de los pobres. Cataluña, que es la segunda comunidad de España en PIB, tras ser adelantada por Madrid, recauda 30.000 millones por el IRPF, mientras que Andalucía recauda 16.000 millones. Se suponía que Hacienda se dedica a equilibrar, en parte, para que los ricos contribuyan a que los pobres sean menos pobres. Pero el PSOE sanchista, como pago del precio por seguir en el poder, ofrece que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.

María Jesús Montero ejerce como la voz del sanchismo en Andalucía: se adapta, según. De ser la cheerleader de Pedro en los momentos festivos, ha pasado a ser la plañidera llorosa por los socialistas que perdimos. Todos los santos del partido no son como Santos, ¿eh? Pero a la hora de mover las bolitas del trilero ya no sólo Emiliano García-Page, sino hasta Adrián Barbón, que no era felipista, se ha enfadado. Mientras que la candidata socialista a la Junta de Andalucía se come un sapo y dice que está buenísimo.

Tengan paciencia. ¿Se acuerdan de las serpientes de verano? También esto pasará y no se financiará nada.

José Joaquín León