ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre fue reconocido como se merece entre ciertas élites locales, que no pasan de ser grupos de amigos sobrevalorados entre ellos mismos. El aprecio de los sevillanos hacia Abel quedó claramente plasmado el pasado 24 de octubre en la inauguración del jardín público que le han dedicado, situado junto al colegio Buen Pastor de Nervión, entre las calles Santo Domingo de la Calzada y Pirineos.

El alcalde, José Luis Sanz, en aquella inauguración, destacó algunos de los méritos de Abel Moreno. Nació en Encinasola (Huelva), es sevillano residente desde hace más de 40 años, y participó en la fundación de la Casa de Aragón en Sevilla. Sobre todo se le conoce como compositor de marchas cofradieras y por su aportación a los pasodobles taurinos. La marcha que le llevó a la popularidad fue Hermanos costaleros. Sin embargo, su marcha más interpretada, la número 1 en el ranking, según los datos de la Sociedad General de Autores, es Encarnación coronada. Quizá por incluir el Ave María, que cantan los músicos y la gente a coro. Aunque, si se pregunta al público por la mejor, la mayoría respondería que La madrugá, que tiene su propia historia y vida, y que incluso sonó en la película de Alatriste.

La música callada de Rafael de Paula ha quedado en el recuerdo, pero la música de un pasodoble levanta el ánimo. El pasodoble que le dedicó a Morante de la Puebla es una pieza para la historia musical de la tauromaquia. El mérito de Abel Moreno es que la imaginación nos lleva a Morante cuando suena ese pasodoble. Igual que cuando se escucha Macarena nos lleva a la Esperanza; y lo mismo se diría de Virgen de los Estudiantes, Soledad Franciscana y tantas marchas reconocibles.

Recuperó para la Semana Santa de Sevilla a la Banda del Soria 9, en unos tiempos de cambios políticos. Ha sido el principal músico militar de España desde finales del siglo XX. Y, a sus 80 años, sigue en activo, encumbrado como leyenda viva de la música popular (aunque no populista, ni populachera) que nos suena a la Sevilla de siempre.

José Joaquín León